“Los tres factores que sigue uno a su muerte” son los tipos de fenómenos que, después de morir, determinan dónde renacerá alguien. Son karma pesado, hábitos y pensamientos.
El primero, y el más importante, es el karma pesado. Si uno ha cometido muchas ofensas en vida, descenderá al infierno inmediatamente después de la muerte. Incluso ANTES de morir, su alma experimenta ser torturada en el infierno como castigo, como si sufriera una enfermedad mientras estaba postrado en cama. En cambio, si ha hecho mucho bien, debe renacer en los lugares celestiales o volver a ser humano, para disfrutar de las riquezas y el honor, sin pasar por el estado de Bardo (el estado de existencia entre dos vidas o el período entre la muerte y el renacimiento).
Si su karma no es ni bueno ni malo, lo siguiente es la suma colectiva de sus hábitos. Cualesquiera que sean las tendencias particulares que tenga, lo empujarán a cualquier renacimiento que experimente.
Sin un karma o hábitos particularmente pesados, el tercer factor son los pensamientos que uno tiene en sus últimos momentos de vida. Tal como se menciona en el karma pesado, si tiene buenos pensamientos (bondad, alegría, compasión, etc.), renacerá en los cielos o como humano nuevamente, pero si tiene malos pensamientos (como los de codicia, ira y/o engaño), descenderá a uno de los tres reinos del mal o se convertirá en una serpiente o en una bestia feroz. Si no se ha sometido al cultivo espiritual, pero, cuando se acerca la muerte, recibe la recitación asistida del nombre de Amitabha y quiere recitarlo para sí mismo, renacerá en la Tierra de la Bienaventuranza Suprema. No solo eso, sino que Amitabha, Avalokiteshvara, Mahathasmaprapta y el resto de la santa asamblea pura vendrán a saludarlo.
(Traducido por Chih-Yi Gabriela Lin; editado por Eddie Cao)
https://www.purelandbuddhism.org/pe/508
Traducido por Foxing
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