Se puede decir que los méritos de ayudar a otros a recitar Namo Amituofo son cien veces mayores que los de participar en un servicio de Dharma general, porque el primero se hace cuando uno siente dolor y necesita más ayuda. Al igual que cuando se juega al fútbol, el balón se puede pasar innumerables veces entre los jugadores, pero lo que importa es el tiro que marca el gol.
Por lo tanto, todos esos servicios generales del Dharma son como pasar la pelota de un jugador a otro, mientras que ayudar a otros a ir a la Tierra Pura Occidental es como el saque de meta. Por un lado, recitamos diligentemente el nombre de Amitabha y, por el otro, brindamos un enorme consuelo a nuestros amigos loto y a los moribundos.
Todas las buenas acciones, como proporcionar comida, ropa y refugio, o incluso el valor de toda una vida de riqueza en la Tierra, son incomparables con la recitación asistida para ayudar a alguien a renacer y, finalmente, a la Budeidad. No solo eso, sino que la diferencia está más allá de cualquier capacidad de cuantificación.
Ser verdaderamente bendecido y compasivo al realizar la recitación asistida no es fácil. Algunos ancianos fallecen por la noche, especialmente en invierno, debido a la falta de energía vital y flujo sanguíneo durante el clima frío. Como resultado, se envían muchos voluntarios en medio de la noche. Piensa en lo difícil que debe ser esto, incluso si lo hacen durante la celebración del Gran Año Nuevo.
Por lo tanto, alabamos y agradecemos a nuestros amigos del Loto que se ofrecen como voluntarios para participar en la recitación asistida.
No son personas ordinarias sino grandes Bodhisattvas cuyos renacimientos están asegurados. Esto se debe a que sin fe en las enseñanzas de la Tierra Pura, uno no puede desarrollar la aspiración y la compasión para ayudar a los demás. No solo eso, sino que requiere tiempo y energía. Como se dijo antes, las personas con estas cualidades son difíciles de encontrar.
Entonces, verdaderamente rindo tributo a aquellos de ustedes que lo hacen, ya que son Bodhisattvas entre los Bodhisattvas.
¡Namo Amituofo!
(Traducido por el equipo de traducción de Pure Land School;
editado por Eddie Cao)
Traducido al español por Chijo Cabanelas
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