Cuando uno recibe y se conmueve por la bondad de los demás, a menudo quiere devolver lo mismo y más, algún día. Por ejemplo, después de recibir alguna ayuda financiera, la persona pobre puede prometerse a sí misma: "Cuando tenga dinero, le pagaré el doble".
Esta es, por supuesto, la naturaleza humana. Pero me temo que tu deseo no se hará realidad si eres demasiado tenaz para sostenerlo. Primero, no hay garantía de que se hará rico. En segundo lugar, incluso si se hace rico, no hay garantía de que el benefactor siga estando allí. En tercer lugar, incluso si hace una fortuna y el benefactor sigue allí, no hay garantía de que acepte su dinero a cambio.
De hecho, la mejor forma de reciprocidad es aceptar la bondad del benefactor y vivir una vida significativa. No hay mejor forma de pago que esa, porque es vivir lo que otorga el significado de bondad. De lo contrario, no podemos empezar a hablar de la palabra "bondad"; mucho menos que nada, "devolver la bondad".
El sol brilla y está presente en todos los seres vivos de la tierra y los hace vibrantes. A cambio, se transforman en forma de una vida renovada y plena. ¿Pueden pagarle al sol? La mejor manera de corresponder es prosperar y prosperar.
El agua nutre e hidrata flores y árboles. El mejor retorno es absorber la humedad, florecer y liberar la fragancia.
Nuestras vidas dependen de miles de condiciones beneficiosas todos los días. Si tuviéramos que retribuir de la misma manera, el mundo sería monótono y alienado. Vivir una vida próspera y vibrante es la forma correcta de expresar nuestra gratitud a los cielos y la tierra. Dado que todos los fenómenos surgen de condiciones dependientes, no existe un diseño de esperar bondades a cambio.
(Traducido y editado por el equipo de Pure Land School of Translation)
Traducido al español por Chijo Cabanelas
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