Deja estas cosas
La comida, la vestimenta, y el albergue son los tres senderos inferiores.
Desear y hacer alarde de la vestimenta es el karma de las bestias. Ansiar comida con avidez es el karma de los fantasmas famélicos. Querer establecer un albergue fijo es karma para el sendero infernal.
Así pues, si anhelas evitar los tres senderos inferiores, libérate del apego por la comida, la vestimenta, y el albergue. […]
Deja estas cosas a las vueltas del destino.
—Ippen Shonin
Nada más
En todo cuanto vive
—montañas y ríos, hierbas y árboles,
el sonido del viento y el oleaje del mar—
no hay nada más que el Nombre.
—Ippen Shonin
Aun los ichántikas
En la intención original de los Dos Honorables (Sakyamuni y Amideva) no hay error, y el despertar de los Budas no es en vano.
Mediante la voz que Le nombra una o diez veces, Amida y su séquito nos reciben en la Tierra Pura.
Aun los ichántikas que han cometido las cinco graves ofensas pueden abordar el barco de la Promesa Primordial y alcanzar la Tierra Pura.
—Ippen Shonin
Naturalmente
Si no estás convencido que el nacimiento en la Tierra Pura está asegurado, lamentarás. Eso no tiene sentido. Nada es definitivo en el corazón de los seres necios. Ya que el Nombre es la única seguridad, aun si no crees que renacer en la Tierra Pura está asegurado, cuando te rindes a la voz y recitas el Nombre, el renacimiento en la Tierra Pura sí está asegurado.
Renacer en la Tierra Pura no depende de tu mente. Renaces en la Tierra Pura al recitar el Nombre. Si dices que el renacer se alcanza mediante la fe, entonces has vuelto a confiar en las funciones mentales. ¡Abandona la mente intrigante!
Cuando reconoces que renacerás en la Tierra Pura exclusivamente al recitar el Nombre, naturalmente generarás certeza.
—Ippen Shonin
Ahora
La ilusión es este momento único; la iluminación también es este momento único.
Tal como abandonar la realidad y perderse en el samsara es este momento único de discriminación falsa, anular la ilusión es también este momento único.
Si no alcanzas la iluminación en este momento único, tampoco la alcanzarás en innumerables momentos únicos.
—Ippen Shonin
Absurdo
El samsara es un pensamiento ficticio. Los apegos ilusorios y las pasiones ciegas carecen de realidad.
Si, a pesar de ello, buscamos liberarnos del nacimiento y la muerte contemplando y discriminando el bien del mal, tomando esta mente de apegos ilusorios e inversiones como fundamento, es totalmente absurdo. Es el pensamiento lo que obstruye la liberación.
—Ippen Shonin
¡Déjalo!
Porque no renunciamos a ser, quienes pudiésemos deambular libremente nos quedamos –por decisión propia– en el lamento de este mundo.
¡Déjalo ya! Entonces verás que hay un modo de abandonar la vida en este mundo para así no perderla.
–Ippen Shonin
Rotando
Si das vueltas a un trompo, rotará. Si no continúas dándole vueltas, se detendrá.
Nuestra rotación en la rueda de la vida y la muerte es precisamente así. Con nuestras acciones mentales, verbales, y físicas, no puede cesar este vivir y morir en los seis destinos (dioses, demonios, humanos, animales, fantasmas, y seres infernales).
Pero ¿cómo seguir viviendo y muriendo si abandonamos nuestra actividad interesada?
–Ippen Shonin
Este momento
La ilusión es este momento único; la iluminación también es este momento único.
Tal como abandonar la realidad y perderse en el samsara es este momento único de discriminación falsa, anular la ilusión es también este momento único.
Si no alcanzas la iluminación en este momento único, tampoco la alcanzarás en innumerables momentos únicos.
—Ippen Shonin
Arrepentimiento genuino
Las purificaciones de quienes han violado los preceptos del Tatágata y sus austeridades físicas no constituyen un arrepentimiento genuino. Solo conocen el principio causal expresado como recibir el fruto de nuestros propios actos.
El arrepentimiento genuino es la recitación del Nombre en perfecto Refugio. Así, el Maestro Shan-tao afirma en sus Himnos del samadhi de la presencia de todos los Budas, “Recitar el Nombre momento a momento es el arrepentimiento constante.” No cultives el arrepentimiento con la mente afanosa apegada al yo.
—Ippen Shonin
Fugaces
Si guardamos unas gotas de agua en una vasija de barro, se evaporarán rápidamente. Si las vertimos en el Ganges, se unirán armoniosamente en un solo sabor con el río y nunca se secarán.
Así también, una vez reconducimos nuestras vidas, fugaces con la tara de la muerte, y nos refugiamos en la Vida Infinita, sin principio ni fin, ya no hay nacimiento ni muerte.
̶ Ippen Shonin
El rostro original
El ojo no puede verse a sí mismo […], pero frente a un espejo, el ojo se verá claramente. Esto no es más que el poder del espejo.
Este espejo se llama “la gran y perfecta sabiduría reflectante,” que los seres sensibles poseen originalmente. Es el Nombre que todos los Budas han descubierto.
En el espejo del Nombre, podemos ver nuestro rostro original.
—Ippen Shonin
Ni una sola
No podemos considerar indispensable ni una sola cosa de este mundo.
Abandonar el ciclo del nacimiento y la muerte mientras sentimos apego por esta existencia no es razonable.
—Ippen Shonin
Este momento
Ya que una exhalación no garantiza la inhalación siguiente, no hay otro tiempo para enfrentar la muerte que en este momento único, aquí y ahora.
Cada momento enfrentamos la muerte, cada momento renacemos. Es por esto que se dice, “Volteando completamente el corazón, momento a momento renazcamos en la Tierra Pura de la Paz.” (Shan-tao, Himnos del samadhi de la presencia de todos los Budas).
La enseñanza del Buda no habla más que del momento único, aquí y ahora. El pasado, el presente, y el futuro son, así pues, este momento único.
—Ippen Shonin
Pulió las joyas
Ippen nunca vistió ropas de seda; nunca tomó oro ni plata en sus manos, y se abstuvo estrictamente de consumir licor, carne, y los cinco sabores prohibidos. Así pulió las joyas de los diez preceptos principales.
—El historial de Ippen
Separados
Aquello que llamamos “yo” es pasión ciega.
Si hay apego al “yo”, el Dharma que se practica y el practicante apegado al “yo” están separados el uno del otro, y no es posible que la práctica sea provechosa.
Todas las enseñanzas de la vida de Sakyamuni así lo indican.
—Ippen Shonin
Interrupciones
El placer es insustancial.
La interrupción del placer es dolor.
El dolor es insustancial.
La interrupción del dolor es placer.
—Ippen Shonin
Como es
Ya que este mundo es una casa en llamas, no nos turbamos al ver que el fuego lo consume. Aunque observamos que hay mucho roído y arruinado, no tenemos afán de hacer remiendos. —Ippen Shonin
Preceptos del practicante
De todo corazón recuerda al Buda, el Dharma, y la Sangha.
No desprecies el poder de la interacción
entre la compasión del Buda y tu aspiración.
De todo corazón confía en el Dharma que aceptas reverentemente.
No denuncies las enseñanzas que siguen los demás.
De todo corazón despierta el reconocimiento de la igualdad.
No te pierdas en parcialidades.
De todo corazón que nazca en ti la compasión.
No seas indiferente a las penas de los demás.
De todo corazón presenta un semblante amable.
No manifiestes encono e intolerancia.
De todo corazón reside serenamente en la humildad.
No encumbres un espíritu arrogante.
De todo corazón identifica las causas de la impureza.
No generes una mente apegada.
De todo corazón contempla la realidad de la impermanencia.
No avives pensamientos de avaricia y avidez.
De todo corazón rectifica tus propias faltas.
No condenes a los demás por sus errores.
De todo corazón despliega la actividad de transformar a los demás.
No seas negligente en la práctica para el beneficio universal.
De todo corazón aspira a la Tierra Pura.
No ignores el dolor de los tres destinos inferiores.
De todo corazón contempla confiadamente nacer en la Tierra Pura.
Evita la indolencia al recitar el Nombre.
De todo corazón recuerda siempre el Oeste.
No desvíes tus pensamientos en otras direcciones.
De todo corazón esfuérzate en la práctica que conduce a la iluminación.
No acompañes a quienes se entregan a las diversiones y el placer.
De todo corazón acepta el consejo de tus buenos maestros.
No te fíes de la arrogancia de tu mente.
Perfecciona el esfuerzo y nunca descuides la esencia de la práctica:
recordar el Nombre en pensamiento, palabra, y obra.
—Ippen Shonin
Inestables
Este cuerpo es la forma del flujo de la impermanencia; de momento a momento nace y perece. Esta mente es pensamiento falso; es ilusoria y delirante. No confíes en el cuerpo o la mente.
—Ippen Shonin
Lamentamos
Desde hace mucho tiempo, en el pasado lejano, hasta el día de hoy, en este preciso instante, aquello que hemos anhelado más, no lo hemos obtenido, y lamentamos.
—Ippen Shonin
Refugio
Si no despertamos en nosotros el pensamiento de tomar Refugio en el Buda, no habrá manera de liberarnos, aun mediante la compasión de los Budas del pasado, presente, y futuro.
—Ippen Shonin
Por naturaleza propia
La preocupación por identificar la doctrina correcta entre la gran diversidad de visiones budistas surge del apego al ego. Pero el Nombre no necesita un fundamento doctrinal.
Si alcanzásemos a renacer en la Tierra Pura mediante una doctrina, la pregunta de cuál doctrina aceptar sería pertinente. Pero el renacimiento no depende en forma alguna de la doctrina. Depende del Santo Nombre. […]
No importa cuáles doctrinas espurias murmuremos con los labios o aceptemos mentalmente, el Nombre es el Dharma, independiente de toda doctrina y toda mente. Al recitarlo, indefectiblemente renaceremos en la Tierra Pura. […]
El Nombre posee, por naturaleza propia, el poder virtuoso de ocasionar el renacimiento. Al recitarlo, renaceremos en la Tierra Pura, sin depender de doctrinas, sin depender del corazón o la mente, sin depender de conceptos. […]
El cuerpo de quien recita el Nombre puede permanecer en este mundo contaminado, pero su corazón ya ha renacido en la Tierra Pura.
—Ippen Shonin
traducido por Diego Daleffe
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.