miércoles, 24 de junio de 2020

Instrucciones sobre el Sutra de Amitayus – Vasubandhu –Amitayus Sutropadesha–


 –Texto del Maestro Vasubandhu, traducido del sánscrito por el Maestro Bodhiruchi–

Oh Bienaventurado, con el pensamiento recogido,

me refugio en el Tatágata de la Luz Infinita,

Quien brilla en las diez direcciones,

y aspiro a renacer en la Tierra Pura de la Paz y la Felicidad.

Cuando contemplo la naturaleza de esa Tierra Pura,

 observo que sobrepasa todo estado de existencia en los tres mundos.

 Es como el espacio, vasto y sin límite.

Ha surgido de la gran compasión inherente al sendero

 y de la raíz del bien supramundano.

Completamente irradia su luz pura,

 como un espejo, o el sol, o la luna.


Joyas preciosas le informan

y adornos exquisitos le distinguen.

 Su luz pura y ardiente es brillante y serena,

e ilumina el mundo entero.  


Ornamentos preciosos, suaves y maleables como hierbas

se inclinan a derecha e izquierda.

 Producen deleite en quien los toca,

 superior al producido por la más suave hierba.


Miles de variedades de joyas florecidas

yacen en los estanques, fuentes, y riachuelos.

Cuando una brisa suave hace temblar las flores y las hojas,

 los reflejos de luz se entrelazan y brillan en todas partes.  


Los palacios y torres ofrecen

vistas sin obstrucción en las diez direcciones.

 Hay árboles multicolores, rodeados de vallas preciosas.  


Hay mallas bordadas con innumerables joyas

tendidas de un lado a otro del cielo.

El sonido de varios tipos de campana

proclama el mensaje del excelente Dharma.  


Llueven flores magníficas y hermosas telas

e  innumerables variedades de incienso perfuman por doquier.

La sabiduría del Buda es pura y brillante como el sol;

disipa las tinieblas de la ignorancia en todo el mundo.  

El Santo Nombre ilumina a los seres de aquí y de allá;

es sutil y maravilloso, y se escucha en las diez direcciones.

Amideva sostiene firmemente esta Tierra,

el Iluminado, el Rey del Dharma.  


Coros de sabios en forma de flores puras rodean al Tatágata—

nacidos allí, transformados en el interior de la Flor de la Iluminación.

Disfrutan el sabor del Dharma,

tomando la concentración y la meditación por alimento.


Eternamente libres de aflicciones mentales y corporales,

siempre gozan de placer ininterrumpido.

En este reino de la Bondad del Mahayana todos los seres son iguales,

y ni siquiera se escuchan los nombres de quienes carecen de mérito.


Los sensualistas, los tarados y deformes,

y aquellos que cultivan las semillas de los dos vehículos inferiores

no nacen en esta Tierra.

Toda aspiración de los seres sensibles se cumple allí.


Por esta razón aspiro a nacer

en la Tierra Pura del Buda Amideva.

Sentado sobre el pedestal de una excelente y pura flor de loto

el Buda se adorna con bellos tesoros infinitos.  


Sus excelsos rasgos físicos brillan más allá de una braza;

Su Forma incomparable es superior a la de otros seres.

La magnífica voz del Tatágata, como la de Brahma,

se escucha en las diez direcciones.


Como la tierra, el agua, el fuego, el viento, y el espacio,

el Buda no genera pensamientos parciales.

Los seres celestiales y humanos, inamovibles en sus logros espirituales,

surgen del océano de la sapiencia pura.


Como el Monte Sumeru, el rey de las montañas,

Amideva es supremo, magnífico, e incomparable.

Los seres celestiales y humanos valerosos

Le alaban, honran, y contemplan con adoración.

Cuando vislumbro el poder de la Promesa Cardinal del Buda,

hallo que quienes la aceptan no lo hacen en vano:

rápidamente alcanzan el gran mar del tesoro del mérito.  


La Tierra de la Paz y el Júbilo es pura y serena.

El Buda siempre versa la perfecta Rueda del Dharma;

Budas y Bodisatvas iluminan el mundo entero como el sol,

permaneciendo incólumes como el Monte Sumeru.

La luz pura y gloriosa de los Bodisatvas,

en un relámpago del pensamiento, y simultáneamente,

ilumina a todos y cada uno en la asamblea del Buda

y transfiere mérito a multitudes de seres.  


Los Bodisatvas manifiestan instrumentos de música celestial, flores,

atuendos, incienso fino, y ofrendas perfectas para adorar los Budas.

Alaban y ensalzan los méritos de los Budas sin parcialidad alguna.  


Si existe algún mundo en el universo

sin el tesoro del mérito del Dharma,

los Bodisatvas resuelven nacer allí

y predicar el Dharma como Budas.  


Escribo estas líneas y compongo versos

con la aspiración de ver al Buda Amideva 

y, junto a todos los seres,

renacer en la Tierra Pura de la Paz y el Júbilo.

***



Nota: Amitayus (Vida Infinita) y Amitabha (Luz Infinita) son rupakayas del Buda Amideva

extraido de : dharmasukhavati.wordpress.com 

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