miércoles, 13 de noviembre de 2019

Amitabha: la Vía


Son muy numerosos los ejemplos en la historia del budismo de monjes y laicos que habían logrado el  despertar sin meditar como ocurre en la Tierra Pura recitando el nombre del Buda. Decía al respecto  un maestro Ch'an del siglo XX llamado Hsuan Hua: "Hay  sólo un camino hasta la fuente, pero hay  muchas maneras adecuadas para alcanzarla".
A los occidentales nos cuesta integrar a veces el pensamiento de que pueda existir una "Tierra Pura"  en algun sitio, y de hecho esto nos suena un poco a cuento. En realidad esa "Tierra Pura" no está en  ningún sitio físico, sino delante de nosotros todo el tiempo, invisible por las enfermedades de nuestro  ego, nuestros deseos y aversiones.
Por otro lado, tampoco hay que caer en la fácil ilusión de pensar que la existencia de una Tierra Pura  creada por la compasión del Buda Amitabha es sólo una mera ficción que sirve a un fin práctico; al  contrario es una realidad que sólo nuestra ignorancia nos impide vivir. Así lo han afirmado desde  siempre aquellos que ya no están sujetos al nacimiento y a la muerte.
La vía de la Tierra Pura se centra en la experiencia personal y se fundamenta en la práctica de las  Cuatro Nobles Verdades, el Noble Camino Óctuple, el canto y la meditación.    La vía Shin es la vía de la devoción, el practicante pone su corazón y mente en Amida o su Voto de  amor, oye profundamente su voz sagrada dentro de su corazón, entonces afirma y confía en esta  presencia viva que es su propia naturaleza verdadera, y con una gran alegría recita el nembutsu Namu ­Amida ­Butsu. A partir de ahí, profundiza la práctica del nembutsu y ayuda a otros a despertar a  su Budeidad.
Revelado por el Buda histórico hace 2.600 años, el nombre Amida deriva del sánscrito, Amitabha o  Amitayus, que significan vida y luz inmensurables o unidad.  La palabra Amida es una  personificación o símbolo para indicar la dimensión trascendental y misteriosa, que es "no nacida, no  creada y sin forma" también conocida como dharmakaya, shunyata (vacío), la vida única, la Gran  Compasión y la naturaleza Buda.  Amida es una personificación o símbolo de la realidad  trascendental y esta dimensión esta más allá de la palabra e idea de Amida y nuestra naturaleza de  Buda es el vehículo que nos permite experimentar esta dimensión.
Amida señala a la fuerza vital sin nombre que nos transporta o la verdad que nos rodea e impregna que  trabaja incesantemente para despertarnos a la realidad tal y como es, es decir nirvana.  Amida es el  pariente que ofrece su amor incondicional y compasión universal y que asegura que la liberación  espiritual es para todos.    Todas las cosas están dentro y se origina de la dimensión infinita que es como un despliegue de la tela  interpenetrativa e infinita de la consciencia pura, personificada como Amida.    Todo en la vida se manifiesta y se interpenetra con todas las cosas y tiene su realidad verdadera en  todo.  Esta realidad dinámica se llama shunyata o vacío, en la cual no hay un sí mismo o identidad  individual sino que todas las cosas es tán llenas de la totalidad, que es la unidad de la realidad,  personificada como Buda Amida.  La realidad es como un holograma que ha sido roto en pedazos  incontables. Cada pedacito quebrado contiene la  imagen entera del holograma, pero cada pedacito no  puede decir que es el holograma entero ni tampoco posee la suma de todos los pedazos rotos  expresado en la imagen original.   La dimensión holográfica sostiene que en la base más profunda de la realidad, las vidas de cada ser  viviente, incluyendo la realidad de las galaxias, estrellas y mundos no son entidades separadas y  solitarias sino que hay una fuerza vital debajo de lo que llamamos nuestras vidas individuales que es  realmente la misma vida y la misma consciencia que se manifiesta en todos los seres y cosas,  animadas e inanimadas en todo el universo. El verdadero sí­mismo es en realidad la misma vida  compartida por todos los seres y el universo. Este verdadero sí mismo se simboliza como Buda  Amida, que también tiene otros nombres como la Unidad de la Vida y Luz, la Única Vida, La Gran  Compasión, la naturaleza de Buda, rigpa o la Vida y Luz Inmensurable
Amida­Buddha es la personificación de la no­ dualidad sin nombre de la existencia. Es el océano  espiritual ilimitado de vida y luz, y a la par es la fundación completa de todo en el universo  incluyendo nuestra consciencia de ello. Todas las cosas dentro del cosmos pueden ser relacionadas  con las ondas en ese océano ilimitado del espacio tiempo. Todas las olas de la vida surgen del mismo  manantial de agua universal. Algunas olas son más grandes y otras más pequeñas, pero todas son  finitas y destinadas a subir y después a bajar nuevamente dentro de la calma de las aguas profundas.  Somos uno con Amida Buda (el océano espiritual) y Amida Buda es uno con nosotros (las olas).
El Budismo de la Tierra Pura considera que la historia sagrada de Amida es una metáfora y un hecho  no histórico. El Buda señaló que el dedo que señala la luna no es la luna sino indica la dirección de la
luna, que está más allá de nuestro pensamiento conceptual. La actividad incesante de la compasión  universal es la base de la realidad y es nuestra naturaleza verdadera.
Practicar la Vía del Nembutsu es experimentar cada momento a través de la práctica de recitación y  canto "tomo refugio (confío) en el Buda de la Vida y de la Luz Inmensurables."

Extraido de: Budismo de la Tierra Pura
Tesina realizada por Kepa Fernández­Mendiola Luz Serena, Diciembre­2007

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