Somos seres ordinarios con ojos ordinarios, no con el poder del ojo celestial. Una vez que nacemos en esta vida, no tenemos ningún recuerdo de nuestras vidas pasadas o familiares, incluso si los volvemos a encontrar. Tenemos que practicar el budismo y aprender las enseñanzas de los budas y de maestros bien informados y benévolos para comprender la verdad sobre la vida y el universo.
Piénselo de esta manera: siento que los seres sintientes son realmente tontos, y los seis reinos son realmente un abismo de miseria. Actuamos en diferentes roles con diferentes temas continuamente: uno juega con el matrimonio, otro con ser asesinado o incluso, específicamente, ser comido, etc. Nos amamos en esta vida, nos odiamos en la próxima y nos vengamos en el siguiente, etc., etc.
Entonces, reencarnamos una y otra vez, representando estos escenarios con finales trágicos sin parar. Es hora de cerrar las cortinas y terminar esta obra de teatro llamada los seis reinos.
Esto significa recitar “Namo Amituofo”.
(Traducido por Chih-Yi Gabriela Lin; editado por Eddie Cao)
Traducido al español por Fo Xing Cabanelas
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