Desde kalpas de exposición a diversas impurezas, los seres sintientes han acumulado poderosas energías kármicas. Son naturalmente propensos a diversas contaminaciones, que inmediatamente tocan y excitan sus nervios. Como moscas que persiguen la carne con insistencia, pululan alrededor de cosas impuras. Hacia lo puro y limpio, son indiferentes y desinteresados.
Como dice el refrán, "Las buenas noticias cojean con muletas, las malas noticias vuelan rápidamente". La gente se deleita hablando de asuntos malsanos y hace oídos sordos a las buenas obras. Mire la televisión, los periódicos y los medios en línea, que están llenos de noticias relacionadas con los chismes. Sin dicho contenido, no tendrían mercado o sus calificaciones bajarían.
Incluso si aprenden budismo, las personas con tales disposiciones tienden a sentirse atraídas por caminos del Dharma mixtos e impuros. Mantienen su distancia de las enseñanzas puras. ¿Por qué están floreciendo otras religiones y sus seguidores son numerosos? Porque son mezclados, impuros. Hay sutiles impurezas incluso al cantar o leer los sutras con una mentalidad dualista dirigida por la lógica. La mayoría de los budistas prefieren cantar sutras a recitar "Namo Amitabha Buddha", que les resulta insípido porque confunde, tanto el pensamiento dualista como el ego. De hecho, el nombre de Amitabha es el camino del Dharma más puro y limpio, uno que no resuena con los hábitos impuros y las energías kármicas de los seres.
Los practicantes que recitan "Namo Amitabha Buddha" exclusivamente, sin variaciones ni ningún esfuerzo impulsado por la fe, alcanzan el núcleo y la esencia de todo el Dharma. Sus virtuosas raíces no fueron plantadas por varios Budas, sino por innumerables Budas. Pueden practicar de esta manera porque sus meritorias raíces han madurado.
Extraido de: propagadores contemporáneos
traducido por Chijo Cabanelas
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