Si nuestros corazones permanecieran en un estado antiguo, cada año entrante se sentiría igual que el año anterior, no uno nuevo. Pero si nuestros corazones se revitalizan, cada minuto y segundo sería nuevo. No habría necesidad de esperar un cambio de año.
La novedad, los desarrollos de noticias y más conocimiento no refrescan nuestros corazones. Al recitar el nombre de Buda Amitabha y conectar nuestros corazones con el suyo, los renovamos constantemente. Es como proporcionar una fuente de agua dulce a un arroyo fangoso, haciendo que el canal se vuelva brillante.
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