martes, 15 de septiembre de 2020

Una descripción de la doctrina de la Tierra Pura- Budismo Chino


¡OM! Adoración al Buda Amitabha cuyo Dharmakaya (Cuerpo de la Ley) es

omnipresente en todos los universos.

¡OM! Adoración a todos los Bodhisattvas y a los seres puros de la asamblea del

Sukhavati, tan amplia como un océano. ¡OM! Adoración a todos los Budas y los

Santos del pasado, del presente y del futuro, y de las diez direcciones de

chiliocosmos.

Así escuché, que, si una religión renuncia al mundo presente porque carece de esperanza, y promete solamente bendiciones después de la muerte mediante el renacimiento en otro mundo, aquel sería rechazado por los materialistas.

También existe una pequeña minoría de budistas que creen, que este mundo, al igual que cualquier otro, puede ser reformado, y por lo tanto se empeñan en lograr la “Tierra Pura” en este mundo, sin buscar en otro lugar alejado millones de millas. Esta propuesta, plausible, suena bien, pero, de manera desafortunada, no hay posibilidad de realizar acá el más alto estado de excelencia que existe en la “Tierra Pura”, una tierra del Buda.

Miremos al mundo tal como es. Hay sufrimiento y crímenes, entre los individuos y entre las naciones. La ciencia no solo es incapaz de aliviar esto, sino que intensifica el problema poniendo poderes peligrosos en las manos de la humanidad, que hace que el mundo esté empapado de lágrimas y de sangre.

Aunque uno podría decir: “Esperemos la época en la que los hombres de estado solucionen todos esos problemas, y la paz mundial sea así mantenida por siempre”; aun así, en mi opinión, tal milenio está a una distancia infinita, y el hacer eso realidad es incluso más difícil que viajar desde nuestro mundo presente hasta una tierra del Buda, o hasta cualquier otra esfera astral.

El sufrimiento y la miseria son los asociados inseparables de nuestros cuerpos físicos, y su cura está más allá del poder de la humanidad. El Buda dijo, “todos los seres vivientes están sujetos al sufrimiento: Nacer es sufrimiento, la decrepitud es sufrimiento, la enfermedad es sufrimiento, la muerte es sufrimiento, no obtener lo que uno desea es sufrimiento, la separación de lo que uno ama es sufrimiento, la unión con lo que uno odia es sufrimiento, la mente distraída de los Cinco Skandhas o agregados (1. Rupa o materia, 2. Vedana o sensación, 3. Samjna o percepción, 4. Samraka, o tendencias, 5. Vijanana o consciencia) es sufrimiento. Estos sufrimientos están divididos en dos clases, a saber, (1) el sufrimiento interior o Duhkha mental, tales como la aflicción, el miedo, la ansiedad, la melancolía, la angustia mental, los celos, etc. (2) el sufrimiento exterior o Duhkha físico, tales como las heridas corporales causadas por la humanidad o por las bestias salvajes, así como también las calamidades físicas.

También están las cargas detestables tales como el hecho que todos los canales orgánicos (orificios) de un ser emiten materias o líquidos sucios, de tal manera que el cuerpo es realmente una bolsa que contiene material de desperdicio, que sobrecarga a todo cuerpo de por vida. Sin importar que tan bellos sean las caras y los cuerpos de la gente, y qué tan agradables sean estos a los ojos de quien los mira, desde el punto de vista espiritual son vasijas para joyas que contienen suciedad.

Con respecto a los seres, estos son como un enjambre de moscas sobre un montículo de desechos o de basura, que disfrutan de acuerdo con sus circunstancias. Además, podemos pensar que las personas son como prisioneros que han nacido en la prisión y que nunca han tenido la oportunidad de mirar afuera de ella. El mundo exterior les es completamente desconocido, e inclusive, ellos no creen en su existencia. Si uno sugiere que ellos deberían escapar de su posición actual, no aceptarían esta sugerencia. Están influenciados por tal ilusión de arrogante autosatisfacción, que quieren mejorar y reformar su prisión, la prisión donde están contentos viviendo.

Uno podría decir, “Bien, el mundo actual no es uno satisfactorio, pero, ¿puede Ud. probar la existencia de un mundo mejor, donde tenemos la posibilidad de renacer?” 

A esto respondo: Hay hechos definitivos disponibles, y muchos; y también existe un gran conjunto de conocimiento sobre el tema. Y este conocimiento me ha dado luz a mí y se la ha dado a otros miles de personas.

Hay varios libros, publicados ampliamente en los círculos budistas, durante dos mil y más años, que prueban que numerosas personas han renacido en la Tierra Pura. Son solo aquellos con mentes prejuiciosas y reluctantes, los que han permanecido ignorantes de ellos. Permítanme señalar alguna evidencia a partir de miles de registros narrados en varios libros, y a partir de la información entre mis conocidos. Estos forman una colección de “señales” que pueden ser parcial o totalmente logradas por los devotos cuando les llega el turno de fallecer. 

(1) El devoto, informado por el Buda, puede predecir la fecha y la hora de su muerte.

(2) Algunos devotos pueden escoger a voluntad el día en el que fallecerán. 

(3) Podrá percibir ante sus ojos la visión del Buda Amitabha o de alguno de los Bodhisattvas. 

(4) Verá el insólito resplandor luminoso del Buda. 

(5) el devoto reconocerá un aroma o perfume o lo reconocerán algunos de los que están cerca de él en el momento de su muerte; inclusive durará por muchos días después de su muerte. 

(6) El calor que emana de la cabeza de su cadáver puede ser perceptible a los demás. 

(7) El cuerpo sin vida permanecerá flexible, como si viviera, y no se tornará en un cadáver rígido. 

(8) Puede fallecer en posición de sentado o de pie, aunque esta última posición es muy poco común. 

(9) Su semblante mostrará sosiego o una sonrisa, sin ninguna señal de sufrimiento. 

(10) Su rostro puede mostrar un tenue color dorado, pero esto es muy poco usual. 

(11) Se pueden encontrar sariras en las cenizas, después de su cremación. (las sariras son reliquias en forma de perlas, extremadamente duras y brillantes.) 

(12) la visión de una flor de loto puede aparecer ante sus ojos, cuando se aproxima la muerte; también se puede formar una flor de loto en las cenizas de su cremación. (El loto es la flor simbólica de la pureza, de la que nacen los seres en la Tierra Pura, donde el parentesco y la diferenciación sexual son desconocidos). Todos estos son los signos que anuncian el haber nacido en la Tierra Pura, tal como se han visto en el pasado y también en el tiempo actual. El que seres santos sean engendrados por flores de loto en la Tierra Pura, es una verdad ciertamente inconcebible para la mente común. Si alguien afirma que el nacimiento a partir de una flor de loto es falso, y cree que solamente es posible el nacimiento a partir de un útero, permítanle que investigue el origen último del nacimiento físico, por el que fue engendrado nuestro primer ancestro, y que diga ¿cómo ese útero surgió a la existencia? Esto también es inconcebible. No parece haber razón para dudar de la existencia de otro mundo en un plano más elevado que el del nuestro, tal como lo describe el Buda, y nosotros seres terrestres debemos escuchar Su mensaje, sin reticencia.

Para mi conocimiento, muchos mantienen una actitud increíblemente obstinada hacia la enseñanza de la Tierra Pura e incluso la calumnian; pero después de muchos años se rinden con profundo remordimiento a su intuición y a sus experiencias. No es sabio insultar las enseñanzas de salvación. Una actitud tan tonta solo complica el mal karma de uno. Es lo más desafortunado que aquellos que por su arrogancia irracional se opongan completamente a su más profundo interés y obstruyan su propia vía al nuevo mundo de bienaventuranza.

Los signos ocultos no son tan fáciles de verificar como sí lo son aquellos de la ciencia material. El éxito es únicamente para aquellos que dedican sus vidas a la búsqueda de lo oculto. Sin embargo, una chispa de luz, es decir, visiones esporádicas pueden llegarle a cualquiera, si está dispuesto a ser paciente en tal tarea. Está llena de posibilidades y es accesible a cualquier buscador devoto. Si aprovecha cualquier fragmento de una señal que le acontezca, incansablemente junto con su esperanza de desarrollo futuro, llevará a su iluminación completa.

La escuela de la Tierra Pura muestra la vía más fácil y más rápida de logro, entre todas las diferentes escuelas de la enseñanza budista. Aunque ha existido controversia entra la escuela de la Tierra Pura y la Escuela Dhyana (budismo Zen), ya que esta última afirma que no hay existencia real de una Tierra Pura, que esta es solo un instrumento piadoso para llevar a los seres al estado nirvánico, esta conjetura ya no existe frente a los registros innegables de los devotos que han nacido en la Tierra Pura y que prueban la realidad de esa tierra del Buda. Muchos han salido de la crisálida de la ilusión mundana y han resuelto el misterio de la vida mediante este método particular, que se difundió de manera amplia en China y que eventualmente se volvió el dominante entre todas las escuelas budistas. Por lo tanto, no es necesario que edite otra obra, adicional a los numerosos libros chinos que se han escrito sobre el tema. La presente obra está dedicada a nuestros compañeros budistas occidentales que no han percibido la ventaja de este método especial. Ahora que se ha hecho este intento, espero el día en el que nuestros hermanos occidentales publiquen sus propios registros sobre el haber nacido en la Tierra Pura, y de esa manera conviertan a aquellos limitados solo por las líneas materialistas de pensamiento del siglo 19.

El primer paso de un buscador es el control de sí mismo mediante la práctica de los cinco preceptos: (1) Abstenerse de quitar la vida (esto se refiere tanto a la humanidad como a nuestros compañeros las criaturas animales, y no se permite el matar para alimento). (2) Abstenerse de tomar lo que no se nos da. (3) Abstenerse de la indulgencia sexual; si la persona es miembro de una orden budista, entonces debe mantenerse absolutamente libre de todas las formas de sensualidad (esto es para oponerse a la metempsicosis). (3) Abstenerse de mentir, difamar y engañar. (5) Abstenerse de los licores y las drogas intoxicantes.

Estos preceptos los estableció el Buda. Sea que el buscador esté ordenado o no, debe obedecer en consecuencia: La continencia, la veracidad, la misericordia, y el evitar la opulencia, deben convertirse en la base de la vida.

Todos los deseos o pasiones deben eliminarse tanto como sea posible. Cuando se establece firmemente el fundamento moral, se comienza con los medios prácticos de logro. Debe hacerse mucho esfuerzo de manera constante. El método general que enseñaron los antiguos maestros y que enseñan los sabios del presente es mantener sus seis órganos de los sentidos (ojos, oídos, nariz, lengua, cuerpo y mente) libres de los seis objetos de los sentidos de la vista, el oído, el olfato, , el gusto, el tacto y el pensamiento, de tal manera que la mente se mantenga en un estado sereno en el que no tenga oportunidad de mezclarse ni el más mínimo pensamiento mundano: Ni siquiera al más leve asomo de ira, amor mundano, ni celos, ni otra cosa semejante se le permita inquietar la mente. Luego, comience a recitar el Nombre sagrado del Buda Amitabha por tanto tiempo como sea posible. Esto debe realizarse como una clase que se toma a diario.

Uno encontrará algunas señales similares a esas que se enumeraron en el párrafo precedente, suceden en ciertas ocasiones a causa de las vibraciones de la fe de uno que son las marcas del progreso. No se puede pensar que son pruebas de progreso, porque uno perderá lo que ha adquirido. Incluso en el momento en el que se aproxima la muerte, cuando ya ha visto al Buda, si su mente cambia de nuevo, añorando a sus amados, la riqueza, o la fama etc., entonces no puede nacer en la Tierra Pura, y ni siquiera el Buda puede ayudarle.

He escuchado con bastante frecuencia que cuando un devoto se acercaba a la hora de la muerte, la visión del Buda aparecía ante sus ojos, pero se desvanecía de inmediato cuando su mente estaba distraída por la voz de su esposa llorando y clamando su nombre. Y en algunos casos, el devoto no solo era incapaz de nacer en la Tierra Pura, sino que caía en los reinos perversos por causa de su ira, porque su cuerpo no estaba totalmente muerto mientras otros lo removían, haciéndole sentir dolor, lo que llevaba al odio. Los pensamientos perversos lo sujetan a uno a un renacimiento perverso, especialmente al final de la vida propia cuando son excepcionalmente más fuertes.

Aún hay dos puntos importantes. (1) El devoto debe arrepentirse de todos los actos malvados que pudiera haber cometido en el pasado. Debería hacerse una confesión sincera ante los Budas o ante los Bhikkus, sin ocultar nada, y a partir de allí uno debería abstenerse de toda mala acción. (2) Uno debe dirigir su mente hacia el gran objetivo de la liberación de todos los seres sintientes; no solo desear liberarse a sí mismo, sino también a todos los demás. Esta es la doctrina del Mahayana.

En la introducción de su Sukhavati-Vyuha, el más Largo, el Dr. Max Muller afirma lo siguiente: “El Sukhavati-Vyuha más pequeño, hace gran énfasis en que las personas se pueden liberar o pueden nacer en la Tierra de Bienaventuranza, aunque solo recuerden y repitan el nombre del Buda Amitabha dos, tres, cuatro, cinco, seis o más noches antes de su muerte, y vagamente niega que las personas nazcan en el Paraíso de Amitabha como una recompensa o como el resultado necesario de buenas obras que se han realizado en la vida presente.

Esto parece eliminar una de las doctrinas fundamentales del budismo, concretamente la doctrina del Karma, o la del funcionamiento continuo de nuestros actos, sean estos buenos o malos. En vez de la vieja doctrina, tal como se siembra, así cosecha, lo que se predica acá una nueva y más fácil vía de liberación, es decir, tal como ora, así se libera. Es lo que conocemos como la liberación por la fe, en vez de la liberación por las obras. El Sukhavati-Vyuha más Largo hace de esta manera gran énfasis en la oración y en la fe en Amitabha, pero nunca menosprecia el “inventario de méritos” como esencial para la liberación. Casi pareciera ser que esta doctrina popular y fácil se ha asegurado el nombre Mahayana, significando, la Vía Amplia, en oposición a la vía estrecha, el Hinayana.” De acuerdo con el enunciado anterior, el Dr Muller no solo malinterpretó y malentendió el significado de Mahayana, sino que también pasó por alto el pasaje sobre el “karma” que contienen los sutras mencionados, causando de esta manera desconcierto para sí mismo. Permítanme responderle como sigue: En el Sukhavati-Vyuha más pequeño se afirma claramente: “Con  raíz inferior de bondad y sin acumulación suficiente de méritos, uno no puede nacer allí.” El aparte anterior no solamente está contenido en la traducción china del sutra, sino que también aparece en la versión del Dr. Muller. ¿No es una afirmación de que tanto el Más largo Sukhavati-Vyuha, como el más corto, hacen un gran énfasis en la necesidad del karma? Sencillamente, no puedo entender por qué el Dr. Muller se haya olvidado de su propio trabajo de traducción. Puedo agregar explicación adicional con respecto al hecho que, inclusive aquellos que han cometido las cinco faltas mortales también se les permite nacer en la Tierra Pura, pero ellos tienen que tener buen karma que han cosechado en sus vidas anteriores de hace tiempo, de otra manera no hubieran tenido la oportunidad de

escuchar el nombre de los Vaipulya-Sutras, ni de encontrar un buen amigo que les recomendara pedir por el renacimiento en la tierra del Buda Amitabha, cuando se aproximaban al momento de su muerte.

Un crítico no budista podría preguntar: Si aquellos que han cometido las diez faltas mortales o el vicio decuplo, aun así, también pueden nacer en la tierra del Buda Amitabha, solamente repitiendo el nombre del Buda, entonces tal tierra se volvería un refugio de criminales. A esto respondo: la doctrina de la liberación no rechaza a ninguna persona culpable, si en realidad está arrepentida de lo que ha hecho, y si está buscando sinceramente reformarse mediante una vida nueva.

Además, cuando una persona culpable ha sido entregada a esa tierra, está obligada a permanecer dentro del cáliz de una flor de loto entre seis y doce grandes kalpas. Un gran kalpa consta de 1.344.000.000 años. Nuestro cerebro queda perplejo cuando reflexiona sobre la longitud de tal período. Cuando se completa ese período, y la flor de loto se desarrolla, el morador es capaz de ver al Bodhisattva Avalokiteshvara, quien lo consuela con una voz compasiva, llena de gran conmiseración, tal como se afirma en el sutra. Y, ¿por qué? Tal asunto no deben pasarlo por alto los lectores. Imagino que es para apaciguarlo después de su largo confinamiento. No es una pena impuesta sobre él por los Budas, sino que se debe a su propio mal karma, sin embargo, pienso que no implica sufrimiento. Debido a la llamada “Vacuidad de la naturaleza del error”, que capacita al culpable a nacer en la Tierra Pura, también está la Ley del Karma, que mantiene al impuro en confinamiento durante millones de años; y que además cuando nace, está sujeto a una categoría inferior. Mientras que las personas meritorias que van a nacer en la Tierra Pura son capaces de ver al Buda inmediatamente, y pueden viajar a través de todos los mundos del Budade manera inmediata y sin retrasos.

Además de eso, un crítico podría preguntar: “¿Por qué el privilegio de nacer en esa tierra del Buda debe depender de la repetición del nombre del Buda? ¿Solo el buen karma no es suficiente para causar el renacimiento de uno?” Mi respuesta es: “La materialización de cualquier asunto de la existencia se produce por el karma y también por el vijnapti (es decir, el núcleo de las semillas espirituales del conocimiento sensato o de la mente empírica), de la misma manera en la que el universo se forma a partir de una nebulosa. Los variados fenómenos y las criaturas del mundo se producen por las sutilezas y los deseos discriminatorios de los seres. De esta manera, tanto el karma como vijnapti constituyen la dinámica del renacimiento en la Tierra Pura y en cualquier otro mundo. Su maduración puede ocurrir en diferentes tiempos, dependiendo de la influencia de cualquiera de esos elementos. Meditar en el Buda (o recitar Su Nombre) es fortalecer el vijnpati para sublimarlo hasta su purificación más alta.

La acumulación de un inventario de mérito será ciertamente el fundamento de la causa del renacimiento, pero a veces el vijnapti es también muy fuerte si antecede a la otra causa (el Karma). Por ejemplo, un seguidor piadoso de la doctrina de la Tierra Pura, si cambia su mente o se implica en ira violenta al final de su vida, caerá en los reinos perversos de la existencia y nacerá como un animal de naturaleza maligna. Sin embargo, su buen karma, resultante de su fe en la buena ley (el Dharma) todavía existe; tarde o temprano madurará, de tal manera que a pesar de los reinos perversos a través de los cuales deba pasar de vida en vida, aun así, al final será liberado por sus aspiraciones nobles que aseguran el nacimiento en el país de la Tierra Pura.

Quien posee un buen depósito de mérito todavía necesita ejecutar el acto de recitar el nombre del Buda Amitabha. Esto tiene el propósito de prevenir el apartarse de la vía correcta trazada por el vijnapti. El corazón de todos los humanos es inquieto, creando de momento en momento pensamientos bien sean nobles o perversos. Los pensamientos son las semillas que se realizarán como una vida favorable o desfavorable en el futuro. Un solo pensamiento posee la potencialidad de producir la existencia de uno en cualquiera de los sectores del círculo decuplo del Dharma (los estados de la ley universal), en particular en

el momento particular cuando uno se aproxima a su muerte; en este momento, es necesario reposar la mente sobre el nombre del Gran Salvador. Por esto, se debe hacer una profunda impresión de la Tierra Pura de antemano, por medio de la meditación en el Buda o repitiendo su Nombre, cuyo poder lo libra a uno de caer en las vías equivocadas del renacimiento. El poder y la virtud del Buda son tan amplios como el océano, mientras que el poder de los seres terrestres es, en comparación con el Suyo, muy débil. Pero si la espiración de uno se junta con la Gloria del Buda, esto es como una gota de agua que se incorpora en el mar, y así tiene la capacidad para resistir cualquier corriente.

Hay un asunto adicional, ampliamente usado en budismo, a saber, la Pratyaka o afinidad. Permítaseme explicarla por medio de una parábola: una semilla de maíz, que posee de manera latente la potencialidad de producir brotes, se convierte en una planta de maíz, pero para ello requiere de circunstancias favorables que llevan al desarrollo. Concretamente, necesita de agua y tierra; de otra manera nunca se convertirá en una planta de maíz. El Buda Amitabha desea liberar a todos los seres, pero si estos se mantienen alejados de Él, esto es la carencia del esencial Pratyaka.

Uno podría decir: La felicidad de la Tierra Pura es casi lo mismo que esa que promete el cristianismo: Que los cristianos, después de su muerte se convierten en ángeles en el cielo y comparten la felicidad con Dios. ¿Cuál es la prelación para aceptar la doctrina de la Tierra Pura en vez de la cristiandad? 

A esto respondo: A los seres divinos del budismo se les llama “devas”, que pertenecen a una de las “seis divisiones de la existencia”, no son inmortales, y no pueden escapar del nacimiento y la muerte, ellos también pueden retroceder hacia los órdenes perversos, inclusive más debajo de los seres humanos, cuando su depósito de méritos se acaba; en contraste con esto, los seres del Sukhavati (La Tierra Pura del Buda Amitabha) son los inmortales reales, sus vidas son interminables tal como las de su maestro, el Buda de la Vida Infinita.

La doctrina de la Tierra Pura, del Mahayana, no es solo un estado de disfrute y de dicha indolente en el paraíso; los seres de la Tierra Pura deben realizar sus deberes, es decir, deben predicar la Ley para liberar a los seres sintientes de otros mundos. Esto está probado en los Votos del Señor Amitabha, que dicen:

Voto No. 25: -Siempre y cuando me convierta en un Buda, si aquellos Bodhisattvas en esa tierra mía, no fueran capaces de predicar la Ley… entonces que no alcance la iluminación.

Voto No. 29: -Siempre y cuando me convierta en un Buda, si aquellos Bodhisattvas en esa tierra mía, no poseen todos, la sabiduría de la oración elocuente, … entonces que no alcance la iluminación.

Voto No. 30: -Siempre y cuando me convierta en un Buda, si aquellos Bodhisattvas en esa tierra mía tienen limitada la sabiduría de la oración…entonces que no alcance la iluminación.

También está probado por los “Votos de Samantabhadra”. El Bodhisattva Samantabhadra le recomendó a Kumara Sudhana que naciera en el mundo de la Mayor Felicidad Posible (La tierra del Buda Amitabha), y que luego se transmutara en incontables cuerpos y poseyera el gran poder y la sabiduría que se extiende por las diez direcciones, para beneficiar a los variados seres en todos los mundos. Los beneficios para todos los seres son eternos y omnipresentes.

Una de las grandes diferencias entre la Tierra Pura y los cielos de otras religiones es la “Igualdad” que es distintiva del budismo, que cada seguidor del Buda, puede finalmente alcanzar la misma omnipotencia de un buda; no es como en otras religiones donde la omnipotencia es exclusiva de un tirano que es el jefe del universo y cuyos seguidores (es decir, los seres celestiales) solo disfrutan de la dicha y le dejan la tarea de la salvación solo al jefe.

El Buda Sakyamuni puso especial énfasis en la Doctrina de la Tierra Pura. En casi todas partes enseñó a los seres que la adoración del Buda Amitabha es una vía más corta y más fácil que la de enfrentarse por sí mismo con las dificultades, en medio del mar de dolor y aflicciones, para cruzar hacia la otra orilla de la Tierra del Buda. Él no nos enseñó a recitar Su propio nombre “Sakyamuni”, sino que nos dirigió a recitar el del Buda Amitabha, porque para nosotros hay más posibilidad de logro mediante ese método. Ningún fundador de otra religión ha dirigido a su gente a adorar a otro en vez de a sí mismo. Su sugerencia está obviamente libre de egoísmo y es confiable. En conclusión, si quien considera que su propio poder, su propia virtud y su depósito de méritos son suficientes para volverlo independiente y lograr fructificación sin la más mínima de las pasiones mundanas (tal estado es alcanzable al menos para los Ahrats), entonces tal persona no necesita la ayuda del Buda. De otra manera, las pasiones mundanas lo involucrarían a uno en incontables nacimientos y muertes. “Durante el período de declinación del Dharma, habrá muy pocos que tendrán éxito en el logro por sí mismos; ni siquiera uno entre millones puede lograrlo sin la ayuda del Buda Amitabha” dice cierto sutra.

La gente se adentra en las heladas regiones polares para explorar nuevas tierras; ¿Por qué no deberíamos hacer el intento de descubrir nuevos mundos astrales para establecer a todos los seres en la felicidad eterna?

El Buda dijo: “para el logro de cruzar a la otra orilla no importa si el mundo presente está ardiente y en llamas, debemos ir adelante y atravesarlo hasta que alcancemos un nuevo mundo de paz y felicidad.”

Personalmente, estoy en camino y he decidido zambullirme en el océano, aunque sea de hielo o de fuego, hasta que alcance mi destino; y es mi anhelo que los seres, que son mis compañeros, compartan los beneficios; por esta razón estoy escribiendo este libro sobre el asunto.

Ya existen traducciones del sánscrito al inglés de los sutras de la doctrina de la Tierra Pura, realizados por Muller y J. Takukusu. Pero pienso que, a pesar de todo, este imperfecto libro mío, resumido y traducido a partir de varias versiones chinas, será útil en consideración a dos puntos de vista: (1) Los Sutras de la Tierra Pura que han sido traducidos al inglés están contenidos en el libro “Los Libros Sagrados el Este”, que es voluminoso y abultado, y se pueden obtener solo a un alto precio, así que no son accesibles al público general.

(2) Las versiones inglesas anteriormente mencionadas ciertamente son trabajos eruditos, aunque no solo han omitido algo del material textual, sino que también difieren en significado en algunos pasajes cuando se les compara con las versiones chinas. La mía expresa significados más profundos que valen la pena ser re-traducidos y publicado en el lenguaje europeo.

A pesar de mi limitada cualificación para traducir estos sutras, la brillante naturaleza del budismo se mostrará por sí misma de alguna manera;de la misma manera en la que un precioso diamante, que, aunque esté partido en pedazos, emitirá sus rayos en cada cara. Así pues, me aventuro a editar el presente libro, sin importar la imperfección de mi logro.

El hecho de que las versiones inglesa y china no sean idénticas en algunas partes, tal como se afirma anteriormente, se debe, me imagino, a la diferencia en tiempos, los Sutras en Sánscrito, traducidos por los eruditos anteriormente mencionados, se realizaron solamente durante el último medio siglo, mientras que las traducciones chinas se hicieron en una época muy anterior, de cerca de hace dos mil años. En la primera época (en Asia era la época medieval) en India, todos los sutras estaban escritos en hojas del árbol pattra, en la misma forma en la que en China, la historia clásica fue escrita y grabada en bambú, y es conocido como “Los anales de los libros de bambú” (cerca de 2850 a.C). sin importar qué tan fuertes y resistente fueran las hojas originales del árbol pattra, se desgastaron después de muchos siglos, y así los textos quedaron incompletos. Los traductores europeos, desconcertados por textos imperfectos, tuvieron menos oportunidades de comprender el significado que los traductores chinos.

Algún tiempo después del Nirvana del Buda Sakyamuni, la florescencia del budismo casi había terminado; su época de oro se transfirió de la India a China. Su enorme sistema de colecciones de sutras (el Tripitaka), cada uno en miles de volúmenes fue traducido bajo el auspicio imperial de varias dinastías, durante siglos. Así, la literatura budista en China, afortunadamente, se ha mantenido en buena condición. Sugiero que la literatura budista sola, es suficiente para establecer una biblioteca. De hecho, es una mina de tesoros para el mundo y espera a quienes quieran explorarla.

La verdad de la doctrina de la Tierra Pura tomaría muchos volúmenes para explicarla, más de lo que se puede escribir en un manual tal como el presente texto. Sin embargo, sobre el tema existen numerosos libros escritos por nobles eruditos en China; estos pueden ser traducidos en el futuro por otras personas.

Ahora, permítaseme concluir con los versos tan bien conocidos en los círculos budistas, los Cuatro Grandes Votos de los novicios del Mahayana; espero que se unan en el canto de los siguientes votos:

Tomo mi voto solemne de que liberaré a todos los seres sintientes que saben que la vida es cruel dolor y, mediante la enseñanza del Dharma, para ellos adoquinar un camino por medio del cual, la budeidad obtener.

Tomo mi voto solemne de que quebrantaré el poder de las pasiones perversas y el deseo y, a través de la gracia del Buda, me comprometo a apagar por ahora y por siempre el fuego de la aflicción.

Tomo mi voto solemne que aspiraré a aprender los incontables sistemas de la Ley, y después de aprenderlos todos seguir aún más alto, y aprender más hasta que la ignorancia se haya ido para siempre.

Tomo mi voto solemne de que me esforzaré a figurar entre los Bodhisattvas. No descansaré nunca hasta que consiga alcanzar el más alto logro de los Tathagatas.


Traducido, compilado y editado por Upasika Chihmann ( Miss P.C. Lee de China)

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