sábado, 18 de julio de 2020

La Comunión Universal



A través de la doctrina de las Tierras Puras tal como aparece los «Tres Sûtra», «La enseñanza de Vimalakîrtî» y los libros del Gran Vehículo, se perfila la siguiente concepción: el universo de los seres es objetivamente maravilloso y puro, de una extraordinaria belleza, si bien, lleno de preocupaciones vulgares, de pasiones y sufrimientos, los seres no se dan cuenta de ello. Inconscientemente, proyectan en la realidad todo lo que llevan en lo más profundo de sí mismos. Este universo les parece entonces vulgar, manchado de suciedades, con altibajos, repleto de miserias y sufrimientos. Sólo en los seres cuyo pensamiento está purificado por completo, el mundo se muestra con su verdadera claridad, es decir, receptáculo de belleza y armonía, fuente inagotable de felicidad.
En efecto, para estos seres de pureza, las barreras se derrumban, los obstáculos se desvanecen. La realidad se convierte en algo transparente y sosegado. En este nivel, todas las Tierras de Buddha, inherentes a la inmensidad del universo, se superponen y se compenetran. El plano de la consciencia superior y absolutamente pura de los Buddha es la comunión universal. Por todas partes brilla la gozosa luz de los Buddha, por todas partes resuena el Sonido de la Ley Suprema.
En el «Sûtra de Vimalakîrtî», este sabio, en un momento dado, hace que aparezca el universo Abhirati, situado al Este y habitado por el Buddha Akshobhya. En un instante, lo transfiere al monte Sahâ, es decir, a nuestra tierra. El texto añade:
«Aunque el universo Abhirati fue introducido en el universo Sahâ, no se comprobó en éste ni aumento ni disminución: ni ha estado comprimido ni obstruido. Tampoco aquél se ha visto reducido. Ambos han aparecido después tal como eran antes.»
En el «Sûtra de la Guirnalda de Flores», la interpenetración de las Tierras Puras es descrita con términos de una gran belleza:
«Nada puede detener al poder espiritual de Buddha. Todas las Tierras de Buddha presentan, según nuestro propio espíritu, aspectos diversificados hasta el infinito; ya puras, ya degradadas, giran en ciclos de goce y sufrimiento, y todas las cosas persiguen su evolución y son cambiantes. Todas las Tierras de Buddha se penetran mutuamente y son innumerables. Abarcan todo el universo y se mueven con perfecta espontaneidad. En una sola Tierra de Buddha están comprendidas todas las Tierras de Buddha y cada una incluye en sí a las demás. Sin embargo, ninguna está dilatada ni comprimida, y cada una de ellas abarca las diez regiones del mundo, y todo el universo, con todo su contenido, está comprendido en una sola.»
En los «Tres Sûtra» esta idea reviste dos formas diferentes.
Por una parte, todos los Budha repartidos por las Tierras Puras de todas las direcciones, cantan las inconcebibles virtudes del Buddha Amitâbha y proclaman su Nombre. Esto implica que la Tierra de la Suprema Felicidad refleja todas las Tierras de Buddha y que éstas, en su conjunto y cada una en particular, reflejan la imagen del reino de Amitâbha.
Por otra parte, los habitantes de ese mundo de pureza contemplan constantemente todas las Tierras de Buddha repartidas por el infinito del espacio, y cada mañana recorren todas las direcciones para honrar con múltiples y variadas ofrendas a todos los Buddha Bienaventurados. Esto significa que su pensamiento es capaz de reflejar todos los mundos y que su amor, en el seno de una comunión universal, puede abrazar a todos los seres.
Se puede deducir de todo lo precedente que la doctrina de las Tierras Puras no es el fondo sino una manera nueva y extraordinariamente poética de definir los principios fundamentales que Sâkyamuni enunció en su discurso de Benarés:
«Existe el Sufrimiento». Dicho de otro modo, este mundo está lleno de impurezas y miserias.
«Existe el Origen del Sufrimiento». Si este mundo es impuro es porque nuestra mente no funciona bien, cegada como está por la ignorancia y las pasiones.
«Existe la Supresión del Sufrimiento». Al nivel de la consciencia superior, es decir, al nivel del Nirvâna, este mundo es puro, es paz y felicidad, es libertad total.
«Existe el Camino que conduce a la Supresión del Sufrimiento». Si queremos vivir en lo real y ver este mundo como es, si queremos beneficiarnos de la gran paz y de la suprema felicidad, debemos «ornamentar hábilmente nuestro pensamiento» y purificar completamente nuestro corazón.

Extraido de: 
La doctrina budica de la Tierra Pura
Jean Eracle

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