El Buddha Dharma no es simplemente una filosofía o teoría; se trata de la aplicación. Cualquiera que desee cultivar los méritos debe practicar diligentemente el Dharma y aplicarlo en la vida diaria para remediar los defectos en la conducta, el pensamiento y el habla. Solo mediante la aplicación del Dharma uno puede verse a sí mismo verdaderamente: cuán despreciables son las transgresiones y cuán insignificantes son en realidad. Además, si uno no aprecia la realidad de la "Ley de la Causalidad", trataría el Dharma como un tema filosófico y estudiaría el Budismo como un ejercicio académico. Uno no usaría el budismo como un medio para liberarse del samsara y alcanzar la Budeidad. Si uno comprende la realidad de la causa y el efecto, sabría que cada cláusula y cada palabra del Dharma es parte del cuerpo y la mente del Buda Sakyamuni.
Por lo tanto, todas y cada una de las escrituras y frases de los tres sutras de la Tierra Pura son la sangre, el sudor y las lágrimas del Buda Sakyamuni, la carne del Buda Amitabha. No son palabras vacías en papel; son vasijas poderosas y dinámicas, llenas de luz y vida infinitas.
(Traducido por el equipo de traducción de Pure Land School;
editado por Householder Ronald D. DiVestea)
Extraído de: propagadores cotemporaneos
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