martes, 30 de julio de 2019

Saizo (Zuiken) Inagaki

Saizo (Zuiken) Inagaki
On Faith (Sobre la Fe)



¡No persiga su mente! Su mente se mueve, siguiendo miríadas de objetos.
¡No se preocupe por sus obras! Sus obras de cuerpo, boca y mente se hunden en el abismo del mal.
¡No busque paz mental! La Tierra Pura no es un lugar en el que pueda nacer después de alcanzar paz mental.
¡No confíe en su mente! La mente es como el agua que corre, no descansando ni un segundo.
¡No espere al mañana! El mortal demonio de la Impermanen cia elige cualquier momento para atacar. La ley del karma es de temer. El karma nunca falla al traer este resultado.
¡No trate de entender la fe! reflexione y pregúntese: "¿quién es el maestro de la mente que busca comprender la fe?", ¿no es la mente que intenta alcanzar la fe la misma de un tonto, profanado por el apego al poder propio? La mente sincera, pura y verdadera de Amida Buda no puede ser comprendida por una mente tonta aferrándose al poder propio, al igual que el reflejo de la luna no puede ser capturado por la mano. La Fe no puede ser atesorada en su mente tampoco.
¡No se preocupe por ninguno de los pensamientos que surjan en su mente!
¡No se preocupe con los conocimientos que haya adquirido!
Tenemos un profundo y pesado mal karma; nuestros pensamientos son constantemente distraídos y nuestras acciones son indisciplinadas y sin freno. No persiga lo bueno o malo; ¡sólo déjelos! Hay, más allá del bien y del mal, un camino de salvación.
El llamado del Poderoso Voto, namuamidabutsu, es el camino de salvación. Fuera del mérito del poder de la Iluminación, consumado por el Poderoso Voto como namuamidabutsu, No hay
fe que buscar. Como no hay nada que nosotros, los necios, podamos contribuir para establecer la fe y la práctica necesaria para nacer en la Tierra Pura, namuamidabutsu hace todo el trabajo necesario para salvarnos. Amida es nuestro padre que ha visto a través de nuestras mentes necias y el mal que hemos acumulado durante eras pasadas. Él ha logrado nuestra fe y práctica y ha hecho todo por nosotros, incluso los actos de escuchar su Nombre y alcanzar paz mental libre de dudas. Consecuentemente, ha alcanzado nuestro nacimiento en la Tierra Pura también. Amida, como está sosteniéndonos en sus brazos, se manifiesta como "namuamidabutsu". En su Luz somos abrazados y nunca olvidados.
Lo que pensamos, sabemos, hemos oído y creído no es en vano. No puedo sino escuchar más sobre el Dharma. Cuanto más escucho, más profundamente sé cómo es de inconcebible el Dharma. La inconcebible sabiduría del Buda en acción es namuamidabutsu. La viviente voz del Buda, que nos llama, diciendo "deja toda preocupación a mí", es el Nembutsu, namuamidabutsu.
El momento en que recibimos la inconcebible e ilimitada virtud del namuamidabutsu, el gran océano de nacimiento-y-muerte desaparece y deviene cosa del pasado. ¿Cómo podemos concebir esto? Esto se debe al todopoderoso trabajo del namuamidabutsu. Nosotros sólo debemos escuchar y aceptar el todopoderoso trabajo del namuamidabutsu. Oyendo el Nombre en acción, espontáneamente alcanzamos paz mental, verdadera fe.
Fuera del todopoderoso trabajo del namuamidabutsu, no hay fe, ni Nembutsu ni paz mental. Debemos sólo oír la voz viviente de Amida, "namuamidabutsu", en la que nuestro nacimiento, nuestra fe se logra. Esta nos llama incesantemente. Nosotros oímos la voz compasiva del Buda; oímos el Poderoso Voto de la inconcebible sabiduría del Buda. ¡Qué agradecido estoy por el Voto en el cual Amida resolvió "si los seres sintientes no nacen en mi Tierra, que no pueda alcanzar la Iluminación"! Esto es mi cuerda de salvamento (en inglés: lifeline).
Creer no viene después de oír. La paz mental no viene después de creer. Escuche con atención la llamada del Voto Original, que ha logrado namuamidabutsu y también logrado que oigamos, creamos en él y tengamos la paz mental. Si ha escuchado bien, será aliviado de la pesada carga sobre sus hombros.
¡Mire! A lo largo del universo la Luz de Amida está brillando sin obstáculos en todo momento. ¡Qué profundamente inspirador que es! ¡Qué agradecido estoy!
¡Namuamidabutsu, namuamidabutsu, namuamidabutsu!

Escrito en 1957, y traducido (al inglés) por Zuio H. Inagaki.

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