El Budismo de la época Kamakura (1185-1333) fue testigo de una expresión única de
un espíritu democrático, a pesar de las diferencia doctrinales entre las distintas escuelas
budistas japonesas.
Por un lado, encontramos el Amidismo de Honen, que enfatiza la mera recitación de
nembutsu, como la vía de la salvación. Las escuelas Tendai y Shingon fueron un
paradigma en la importancia que le dieron a la recitación del nombre de Amida y, por lo
tanto, mostraban así su fe en Tariki o la confianza en la fuerza del otro (Amida).
En el otro extremo encontramos a Dogen, fundador de la escuela Soto y para quien la
única manera de lograr la verdad era Zazen o meditación sentada. Dogen representa la
fe en Jiriki o confianza en el esfuerzo propio.
Sin embargo, si bien, tanto Honen como Dogen, parecen representar dos formas
distintas de aproximarse a la teoría del budismo, ambos comparten una característica
única. Los dos fueron revolucionarios para su época y lugar en los que les tocó vivir, ya
que ambos rechazaron completamente cualquier discriminación en contra de la mujer,
los pobres y las personas no educadas. Esta actitud democrática representa una
característica notable del período Kamakura, donde figuras íconos como Honen y
Dogen, acogieron una manera moderna de pensar, que para su tiempo, era impensable y
no solo en Japón, sino que en el resto del mundo. Estas condiciones intrínsecas al budismo hacen que sea dinámico, también es desafiante y paradójico. El Buda afirmó que el hombre debía procurar su propia salvación sin esperar ninguna ayuda externa “Sed lámparas de vosotros mismos.
Trabajad por vuestra salvación”. Es un camino esforzado de auto salvación (Jiriki). Ni dioses ni Budas pueden ayudar al hombre a alcanzar la iluminación. En la Óctuple senda, el
camino ético establece que la salvación solo es posible con el recto esfuerzo.
En el tratado Dasabhumika- vibhasa sastra atribuido a Narajuna (s II. d.c) se hace
alusión a que los hombres débiles que no pueden transitar el camino difícil, por lo tanto
solo les queda refugiarse en la compasión de Amida lo que facilita el camino hacia la
iluminación.
Nagarjuna el primer patriarca indio del budismo amidista enseñó que existen dos clases
de verdades, la relativa (samvriti satya), que es nuestro mundo efímero y fenoménico y
la verdad absoluta (Paramartha satya) que desafía todo intento intelectual de
reflexionar sobre ella y entenderla. No hay lógica es un plano mental supralógico,
inefable y como diría Rudolf Otto, es el encuentro con lo numinoso. Es desde la
relatividad que se hace necesario un camino fácil (Tariki), la salvación por otro o la
herosalvación que allane el sendero al Paraíso desde la verdad relativa.
Tariki está en relación directa con el Amidismo (j. jodo) y el jiriki, la autosalvación con
las otras vertientes del mahayana y como la más relevante podemos citar el Zen
El budismo tuvo la habilidad para que su prédica fuese entendida por todos los hombres.
El hecho de considerarlos iguales, a pesar de la división en castas que conformaba a la
sociedad hindú de su época (S. VII a.C), sumado a su impugnación a los pomposos
rituales y extenuantes circunloquios metafísicos, hizo que poco quedase del budismo en
India. Se expandió hasta extremo oriente donde se revitalizó, y consiguió convivir con
otras tradiciones en los países donde se situó. Su inserción con culturas diferentes
resultó atractivo por sus base ética, la sistematización de sus textos y su respuesta a las
preguntas de por qué el sufrimiento y qué sucedía depuse de la muerte.
El budismo no es estrictamente una religión en especial en lo atinente al zen, aunque
debo reconocer que en el amidismo se realza la piedad y devoción como una de sus
características principales.
Budismo en Japón
El Shinto es la esencia del alma de Japón expresada en las creencias de sus mitos
fundacionales sin embargo no ha impedido el ingreso de otra tradiciones.
En el año 552 d.C el budismo ingresa en Japón en tiempos de la reina Suiko (r. 592-628)
y toma un lugar de privilegio en el contexto político y social. La figura más
representativa de ese período fue el Príncipe Shotoku, benevolente y generoso, que
procuró la unificación de Japón
En 604 se plasma la primera Constitución que está compuesta por 17 artículos. El
espíritu de la misma es lograr la paz y la justicia entre los hombres de todas las clases
sociales
La constitución promulgada por el Príncipe Shotoku expresa reiteradamente los
beneficios de la bondad, la armonía y justicia tanto para los que gobiernan como para el
pueblo. En el Art. 2 afirma que se deben reverenciar a las tres joyas: al Buda, la Ley y
la comunidad budista (sangha), que son el refugio para la multiplicidad del mundo
manifestado y afirma que esta enseñanza es de gran importancia en muchos países.
Luego completa la idea estableciendo que aquellos que no tomen refugio no estarían
capacitados para actuar correctamente.
Si bien la constitución tiene elementos budistas también se pueden encontrar
aditamentos de otras enseñanzas.
Dharmakara (Hozo bosatsu) y el voto Original (hongan)
Conocer los orígenes del culto a Amida es complejo,
los sutras son de origen indio y se
los ubica alrededor del S. I d.C cuando la corriente devocional (bhakti), estaba
floreciendo en India, lo cual tiene influencia en el pensamiento de la época.
Quién es Amida? Amida proviene de la palabra sánscrita Amita. (A negación, ausencia,
mita significa medida). Es inmensurable. No supone una personalidad sustancial, es el
origen de Luz Infinita (Amithaba) y Vida Infinita (Amitayus). Trasciende la razón,
lógica e intelecto. Es lo mistérico más allá de toda definición.
La luz infinita (Amithaba) beneficia a todos los seres vivientes. Es el manantial de
compasión y sabiduría. Es la verdad de la vida infinita (amitayus) que está más allá del
tiempo y el espacio, es la esencia última del universo.
Se cuenta que hubo un linaje de 81 Tathagatas (Budas) comenzando con Dipankara y
finalizando con Lokesvararaja. Durante el período de Lokesvararaja, un monje llamado
Dharmakara decidió convertirse en Buda, Lokesvararaja lo instruyó en cómo serlo y
cómo debería ser la Tierra de la Felicidad, como resultado concentrándose en esa Tierra
él se convertiría en un Buda (hozo bosatsu) luego de intensas meditaciones volvió a su
maestro y le dijo que sabía cómo quería que fuese ese lugar.
Esta narración le es comunicada a Ananda por Sakyamuni como una visión de de lo
que sucedió en kalpas anteriores. Ananda le pregunta al Bhagavant que acaeció con el
monje Dharmakara (hozo bosatsu), la respuesta fue que es el Buda Amithaba (Amida) y
que reina en la tierra Pura.
El bodhisattva Dharmakara según el Gran Sukhavati Vyuha sutra
(j. Muryoju Kyo),
habiendo hecho sus votos luego de haber contemplado todas las promesas de los Budas
anteriores y las tierras creadas por ellos, teniendo compasión por todos los ‟seres‟
sufrientes, pronunció el voto de no llegar al nirvana final como Amida hasta que por sus
méritos acumulados crease la Tierra Feliz y aún el más malvado pecador pudiese ser
salvado con solo pensar diez veces en Él. Los votos 18; 19 y 20 del Gran Shukavati (j.
Muryoju Kyo) son los más emblemáticos del amidismo.
La leyenda de Hozo bosatsu, el Buda Amida, es el fundamento central de la tradición de
la Tierra Pura, que establece la prácticas devocionales y garantiza la entrada de todos
los hombres en la tierra de la infinita felicidad. Por el cumplimiento sus votos fue
creada la Tierra Feliz.
Suzuki fue el gran difusor del zen en occidente, aunque pocos saben que personalmente
practicaba el Amidismo y dice:
“Amida es conjuntamente con el Gran Sutra solo mitología. El mito, la leyenda, la
tradición (puede que el término tradición no sea el adecuado)
y la imaginación poética
son mucho más auténticos y reales que eso que llamamos hechos o evidencia histórica.
Aquello que llamamos hechos no son realmente tales hechos, al menos no con la
fiabilidad y objetividad que implica dicha palabra. La objetividad, en su verdadero y
auténtico significado, se halla en el mito religioso, en la realidad metafísica y poética.
Así ambos coincidimos en que la historia de Amida posee una realidad objetiva y
espiritual que va más allá de las meras verdades históricas. En realidad Amida somos
nosotros mismos; esa es la razón por la que podemos aceptar con tanta facilidad y
comprender a Shoma y a los demás devotos de la tradición Shin”.
La Tierra de la Felicidad
El Jodo Shin y el shin-shu son conocidos como una enseñanza asequible a todo devoto
budista que no puede alcanzar la salvación o conocimiento por la vía difícil (jiriki).
El camino fácil (tariki) para llegar a la Tierra de la Felicidad (Sk. Sukhavati, j. Jodo)
implica solamente tener fe en el Voto Original del Buda Amida y la aparente sencilla
práctica de repetir el nembutsu con sincera mente y corazón. Hasta aquí todo es
sencillo.
Los Sutras del Amidismo son El Gran Sukhavati vyuha Sutra (j. Muryoju Kyo), el
Pequeño Sukhavati vyuha Sutra (j. Amida Kyo) y el Amitayur dhyana sutra (j.
Kammuryo-kyo).
Según Max Müller, “Buda a la edad de 79 años se supone que ascendió al cielo
Trayastrimsa para predicarle a su madre y luego descender nuevamente a la tierra, para
enseñar únicamente los dos últimos Sutras, el Nirvana Sutra y el Sukhavati vyuha. Muy
poco tiempo después el murió.”
Si bien los tres sutras que fundamentan el amidismo son indios, la escuela de la Tierra
Pura toma un perfil definido y halla su desarrollo pleno en Japón, sin desconocer la enorme influencia de los indios Nagarjuna y Vasubandhu y los prestigiosos chinos,
entre otros, T’an Luan, Shan tao (Zendo) En Japón los precursores fueron, de la rama
de Nara: Eon, Chiko y Zenju. De la vertiente del Tendai puedo citar a Ennin, Kuya,
Ryonin y Genshin. Por último de la línea de Shingon: Eikan y Chingai
El budismo shin establece creer en el voto Original de Amida:
“Si un hombre me contempla, recita mi nombre y toma refugio en mi, él
instantáneamente entrará en el estado de seguridad y consecuentemente logrará
el más alto y perfecto conocimiento”.
¿Por qué toma importancia el budismo Amidista?
Marco histórico: Kamakura (1185-1333)
Al finalizar la época Heian en el S. X, el budismo esotérico Tendai fundado por Saicho
y el Shingon por Kukai tenían singular influencia. La cultura asumió una impronta
netamente nacional.
El período de Kamakura se inicia con la caída de la familia de los Fujiwara. El
enfrentamiento de dos grandes casas militares, la de los Taira y la de los Minamoto
terminó en la victoria de los Minamoto, y su representante, Minamoto Yoritomo, recibió
del emperador el nombramiento de shogun. Se pensó que un cambio de lugar de la
capital administrativa sería beneficioso.
La ciudad elegida fue Kamakura, una pequeña villa costera que dio nombre al período.
El shogun era el jefe militar del ejército imperial, y quien detentaba el poder efectivo.
Es durante este período cuando por primera vez encontramos una separación entre el
mundo aristocrático de la corte reunida en torno al emperador, y el mundo del guerrero
alrededor del shogun.
El cambio no se ejecuta rápidamente sino que es paulatino. Esta alteración de la
estructura política abrió un nuevo camino en la historia japonesa, marcando el paso del
Japón clásico al Japón medieval.
A diferencia de lo acontecido en épocas anteriores, en los que la actividad cultural se
concentraba en el ámbito de la corte y en los templos budistas, a partir de Kamakura
pasó a ser patrimonio de toda la sociedad o al menos se intentó, cambiando el objetivo
de los intereses culturales. Tanto cortesanos, guerreros, monjes, mercaderes y gentes del pueblo tuvieron la oportunidad de estar más cercanos de las distintas expresiones
artísticas.
El shogunato delineó un nuevo paradigma de relaciones de lealtad entre los señores y
los vasallos. Fue una nueva construcción de poder
Este cambio redundó en la sociedad, en el pensamiento y las artes.
Es en este ámbito que se define un marcado realismo, las figuras son de tamaño natural.
El hecho de acercar al creyente lo figurativo tuvo una intencionalidad de tinte popular.
Suele decirse que una imagen vale más que mil palabras.
En el período Kamakura podemos destacar que en las esculturas y pinturas se
encuentran obras reveladoras y destacadas. En el templo de Todai-ji, en Nara, se destaca
el retrato de Chogen, monje perteneciente a la secta Shingon, y reconstructor del
mencionado templo; en el de Rokuharamitsu, en Kyoto, se encuentra la imagen del
monje Kuya. En todas estas obras se aprecia un fuerte realismo.
La escuela escultórica Kei se destacó muy especialmente, logrando el cometido de la
creación de la colosal obra de las mil y una estatuas de Kannon realizadas en madera
para el templo Sanjusangendo en Kyoto a principios del siglo XIII. Las expresiones de
los budas no dejan de inspirar una profunda espiritualidad.
En el arte realista sobresalen las imágenes y esculturas, ello es evidente en los
Guardianes de los templos, que suelen mostrar una fiera expresión y su torso
descubierto para exhibir su exuberante musculatura y sus venas hinchadas que denotan
fortaleza. El ceño fruncido, dedos crispados y los músculos en tensión son símbolos del
poder para rechazar y alejar los malos espíritus. La impresión que comunican estas
imágenes es de vitalidad y dinamismo, acentuado este último por el evidente
movimiento de los lienzos de su atuendo. Sirvan como ejemplos las imágenes de Ungyo
y Agyo del templo de Kofuku-ji de Nara.
La nueva ética del guerrero afirmada en el Zen se plasmó también en la arquitectura
dejando paso a un estilo más sencillo, austero, menos ostentoso.
Dentro de un nuevo marco político, social y cultural dos monjes del monte Hiei,
primero Honen Shonin (1133-1212) y luego Shinran Shonin (1173-1262) determinaron
una nueva corriente para el budismo que se presentó de forma sencilla, para ser
comprendida por el pueblo.
Se afirmó que el poder de Amida era salvífico y se irradiaba a todos los seres sin
distinción de clases sociales. A todos llegaba la luz de Amida.
En tiempos de Mappo
En el budismo existe la creencia en las Tres Epocas del Dharma. (shozomatzu)
Según esa teoría la primera época (shobo) correspondió a los tiempos de Sakyamuni
donde sus enseñanzas eran comprendidas y la gente podía alcanzar un conocimiento
superior fácilmente
La segunda (zoho) se determinó como la siguiente a la muerte del Buda y sus
discípulos. La práctica era más difícil y la comprensión de la tradición iba haciéndose
más ardua.
La última (mappo), el final del Dharma plasmaba la decadencia de las enseñanzas
budistas cada vez lejanas de la gente y consiguientemente la salvación era una empresa
casi imposible de lograr, esa época fue reconocida por los japoneses como el período
Kamakura.
Esta idea se instaló en una sociedad sumida en problemas políticos y sociales.
Ante estas situaciones el budismo buscó nuevas sendas para transmitir su doctrina.
Se dijo que la repetición de los mantras (man, mente, tra protección), recitaciones que
asimismo tenían connotaciones mágicas, sumadas a los complejos rituales carecían de
eficacia para el camino de la liberación, lo que se encuadraba en un contexto esotérico,
solo la repetición del nembutsu expresado con devoción constituía la práctica idónea
para esa época. Bajo el liderazgo de Honen el Jodo Shin hará su presentación formal
como opción oportuna.
Amida es uno de los innumerables Budas y su nombre fue esparciéndose desde India
hasta el Extremo Oriente. Figuras de importante relevancia tanto en China como en
Japón invocaron su nombre.
Si el budismo generalmente resaltó la importancia de la sabiduría (prajña) en el caso de
Amida lo que prevalece es su compasión (Karuna) ante el sufrimiento de todos los que
están en el samsara.
Los votos de Amida proclamados en el Muryoju Kyo daban la confianza de renacer en
la tierra de la Felicidad.
En vista de esta realidad y teniendo en consideración la teoría de los upaya la forma
explícita del culto estaría formulada por la recitación del nembutsu y la creencia en los
votos de Amida de salvar a todos los aquellos incapaces de hacerlo por caminos más
dificultosos establecidos por otras escuelas.
La descripción es una invitación a intentar el renacimiento en ella. Estos escenarios
serán el motivo de pinturas, esculturas y templos, a lo que ya me he referido, y hará que
el arte de esa época sea mucho más entendible a todo el pueblo, pudiendo comprender el
mensaje más allá de los textos.
No obstante Honen va poner el énfasis en la recitación del nembutsu, afirmando que es
la práctica necesaria e indispensable. Las visualizaciones explícitamente descritas en el
Amitayur Dhyana Sutra (j. Kammuryo-kyo), no son sencillas de realizar para la gente
del pueblo, aunque es de destacar que la belleza de los paisajes que ahí son descriptos
atraen al devoto que aspira a una vida mejor después de la muerte.
Enfocando uno de los principales sutra, en el Amida Kyo son definitivas las palabras de
Buda a Sariputra:
“Ahora qué piensas tu Sariputra, por qué ese mundo es llamado Sukhavati, Oh
Sariputra, ahí los seres no sienten dolores físicos o mentales. Las fuentes de la
Felicidad ahí son innumerables. Por esa razón ese mundo se llama Sukhavati” 12
Básicamente este camino fácil (tariki) se asienta I) en el Voto Original del Buda Amida
de salvar a todos los hombres sufrientes, 2) por su parte de los hombres deben depositar
su „fe‟ en dicho voto y en su compasión infinita y 3) en la salvación por la recitación de
su nombre (nembutsu) y/o la visualización de la Tierra de la Felicidad. Amida puede
tomar un carácter provisorio de "salvador‟
En Japón el nembutsu es la práctica común que puede ser oída en todos lo templos de la
Tierra Feliz (Jodo Shin).
El Pequeño Sukhavati Vyuha Sutra (j. amida Kyo) sostiene que se debe repetir
fervientemente el nembutsu para alcanzar el país de la Felicidad, y advierte que el
renacimiento en sus Tierras no es el efecto de una recompensa al resultado de las buenas
obras realizadas en la vida presente, si no por la repetición del nombre de Buda, en esta
línea podemos apreciar que cada vez se hace más sencilla la práctica.
La escuela Jodo shin y la Jodo shin shu presentan el nembutsu como una recitación o
invocación piadosa despojándola del sentido mántrico del budismo esotérico propio del
Tendal y el Shingon.
La Tierra Feliz – Jodo
Los sutras describen el paraíso de la Tierra Feliz en términos de lugares y objetos de
gran belleza y esplendor. La metodología para acceder a ella se podría decir que es
sencilla; tener "fe en Amida‟ y en su compasión (karuna) así se presenta como una
referencia eficaz, para los hombres en el mundo del sufrimiento.
Este camino posibilita a los hombres simples, el pueblo, a hallar consuelo y esperanza
después de la muerte, conseguir la tan ansiada felicidad. Es una creencia que en
momentos históricos tan convulsivos como era el principio de la época de Kamakura el
budismo dejó de ser propiedad de elites para tener un sesgo que nos permitiría decir
democrático.
El budismo de la época de Kamakura (1185-1333) fue un refugio de solaz y esperanza
para la gente común y la vuelta a las primeras doctrinas de Buda. El Budismo dejó los
ámbitos de la nobleza para consustanciarse con el pueblo.
Cuando el Zen se conoció en Europa deslumbró no solamente por su filosofía sino por
las artes, la ceremonia del té, la caligrafía y el ikebana por nombrar algunas de sus
manifestaciones, y tal vez porque desafiaba la lógica y pensar de occidente creando un
halito de sofisticación. Aunque el Zen, aun en oriente siempre se mantuvo en círculos de
especialistas versados en las teorías del Vacío (sunyata) que de hecho no es fácil
accesibilidad para la comprensión de la gente del pueblo, a pesar de ello en las
enseñanzas de Dogen, uno de sus mas distinguido maestros, se encuentran ideas en lo
que concierne a lo social que son innovadoras, es más nos arriesgaríamos a decir osadas
para su época.
El budismo es uno y aunque utilice diversas metodologías, especialmente en lo
concerniente a la meditación y las imágenes tanto de Budas y Bodhisattvas, sean ellas
más o menos destacadas en diferentes escuelas, el dharmakaya es la fuente primigenia
de donde todo surge inclusive los senderos que conducen a la salvación.
El budismo que congrega más budistas en Japón es el amidismo.
El Paraíso de la Tierra Feliz (jodo) presidido por el Buda Amida, que por los votos
realizados en su vida anterior prometió la salvación de todos los seres, debido a los
méritos acumulados en existencias pretéritas, crea un paraíso al cual se accede por la
simple práctica de la repetición del nembutsu (Namo Amida Butsu) Homenaje al Buda
Amida, consolidada en la fe en obtener una recompensa de felicidad.
Los cimientos morales básicos del budismo no presentan aristas conflictivas con otras
tradiciones, es más generalmente las reafirman.
Las enseñanzas de Sakyamuni, tienen la capacidad de camaleonarse, cambiar su
colorido pero siempre es la misma en sus fundamentos: dukkha, anatman y anitya.
¿Qué es lo que le da esa ductilidad? Algunas de las características principales son el
concepto de no-violencia (ahimsa) y la teoría de la impermanencia, transitoriedad
(anitya) que se articula con la noción de medios adecuados o eficaces (Sk upaya, j.hoben).
Honen (1133-1212) sintiéndose decepcionado por sus prácticas que no redundaron en
felicidad y teniendo en cuenta que el budismo estaba circunscrito al núcleo cortesano
del Monte Hiei se aleja intentando nuevos senderos, donde la simplicidad fuese el
común denominador de sus enseñanzas.
La doctrina de Honen es esencialmente un camino para gente sencilla, predica el
nacimiento en una Tierra Pura por una relación de fe en Amida Buda. El budismo de
Heian (794-1185) marcaba que el logro del nirvana es por el propio esfuerzo (Jiriki)
Los efectos del movimiento de Honen fueron la transformación del clero budista, de
ascetas aislados a adalides religiosos que viven en la sociedad como si fuesen laicos; y
el reconocimiento de la igualdad de oportunidades y la promesa de salvación para
hombres ordinarios y mujeres. Estas enunciaciones marcaron el principio del giro
budista de Kamakura en Japón. Honen con su discípulo, Shinran, y otros grandes
maestros de esos tiempos como Dogen y Nichiren, señalaron la creación de un estilo de
budismo netamente japonés y popular.
Incluso reconociendo que las enseñanzas de Honen representan un desarrollo
transformador en el pensamiento de Tierra Pura, en particular, y en el pensamiento
japonés en general, está lejos de ser fácil de entender presentando una complejidad que
se cubre en una visión aparentemente simple, como expresó Fuyimoto. Por lo tanto, aun
cuando sus argumentos probablemente impresionen más por su convicción religiosa que
por la sutileza de su argumentación y espiritualidad, bajo la superficie hallamos un
sistema de sutiles fundamentos que se asienta en las antiguas convicciones.
Las enseñanzas de Honen representaron una revolución en ese tiempo,
consecuentemente, no encontró un camino despejado en el mundo turbulento en el cual
vivió. En la reinterpretación de la tradición de budista, desafió el poder sociopolítico
firmemente enraizado.
En el desarrollo de su doctrina desplegó conceptos que reflejaron no sólo su fuerza
espiritual, también su deseo y necesidad de transmitir sus enseñanzas a la sociedad en
general.
Según Honen:
“No habrá distinción, entre hombre o mujer, bueno o malo, entre superiores e
inferiores; nadie fracasará en entrar en su Tierra Pura después de haber invocado
el nombre de Amida con toda fuerza. Así como una roca voluminosa puede
viajar por el océano, si se encuentra sobre una barca y hace un viaje de miríadas
de leguas sin hundirse; así nosotros, aunque nuestros karmas sean pesados
como la piedra, nacerán en el barco del voto Primordial de Amida y cruzarán a
la otra orilla sin hundirse en el mar de reiterados nacimientos y muertes“
Honen fue uno de los grandes eruditos de Mt. Hiei, su visión de la salvación de todas las
personas ordinarias por la recitación simple del nembutsu destaca la compasión infinita
de Amida. Supo entender cuáles eran sus necesidades y sus aspiraciones en la búsqueda
de igualdad y de liberación, por lo cual su propuesta es sencilla, confiar en el poder
salvador de Amida.
Amplió las enseñanzas de Shan-tao, el gran patriarca chino, y desarrolló el concepto de
senkaku. Uno de sus trabajos más destacados es el Senchakushu, en el capítulo 16,
destaca que en la época del final del Dharma el nembutsu es escogido como la única
práctica apropiada.
“Podría haber millones de gente que practicase la doctrina budista y se
ejercitasen en la búsqueda de la perfección, y aún en estos últimos días de la Ley
no habrá ninguno que alcance la perfección ideal. Considerando que esta es una
época llena de depravaciones. El único camino posible es por la puerta de la
Tierra Pura”.
Por su parte Shinran, el más destacado discípulo de Honen y fundador de la rama Jodo
shin shu (Verdadera Tierra Pura) también perteneció al clero del monte Hiei. Luego de
años de infructuosos estudios y prácticas en pos de su realización, solo logró frustración
y conflictos internos. Shinran aplica la clasificación Tendai a la Tierra Pura, y acepta el
concepto de Jikisoo que establece la correspondencia entre las enseñanzas, el tiempo
histórico y los hombres.
El término Jikisoo es concluyente en los tiempos de Honen y Shinran teniendo en
cuenta los problemas existentes. La necesidad de darle al pueblo una doctrina que
afirme sus expectativas en el renacimiento en un paraíso de la Tierra Feliz era imperioso
para una sociedad sin esperanzas y empobrecida.
Tanto la sabiduría como la compasión son presupuestos básicos del budismo, en el Shin
predomina la compasión, aunque ambas cualidades son dos caras de la misma moneda,
una no puede ser sin la otra.
Shinran encuadra la cuestión de los distintos conceptos en relación a los caminos para
acceder a la salvación en lo pertinente a jiriki y a tariki sin dejar de ser influenciado por
su anterior pertenencia al Tendai y en referencia a Jikisoo corresponde la evaluación del
tiempo y su gente.
Entre Honen y Shinran encontramos algunas variantes en la compresión de los textos y
sobre la práctica del nembutsu, el primero afirma que la repetición debe ser constante,
mientras el segundo estima que una sola invocación es suficiente en base a su teoría
sobre el absoluto Otro Poder Liberador (Ocho) por los votos de Amida expresados en el
Gran Sukhavati Vyuha Sutra. (j. Muryoju Kyo).
Dice en el Kyogyoshinshu:
“Pero yo Gotoku Shinran, en el año 1201 abandoné las difíciles practicas y tomé
refugio en el Voto Original”.
Shinran reconoce que el hombre tiene una naturaleza débil y pecadora,
consecuentemente por él mismo no puede alcanzar la salvación, solo le cabe esperar en
un Poder superior que lo ayude a encontrar la felicidad. Proclama que ni la razón ni el
estudio serán suficientes, solo la fe. Durante su exilio en Echigo se casó, sentando el
primer precedente dentro del clero, que hasta el presente es la tradición dentro de Jodo
shin shu.
Vivió con la gente del pueblo, diciendo que no era „ni monje ni laico‟ se llamó a si
mismo Gutoku, hombre tonto. Proclamó que las religiones no tienen ningún sentido si
no sirven de forma inmediata y se adaptan a las necesidades de los hombres. Aunque
siguió las enseñanzas de su maestro fue dando distintos matices a su doctrina. Según el
Prof. Hajime Nakamura no estuvo en la voluntad de Shinran diferenciarse de su
maestro.
Algunas paradojas del camino Fácil
Shinjin. La fe en Amida
Sin embargo lo que se presenta como sencillo tal vez no lo sea tanto. Esto se puede
apreciar en la temática de la fe (shinjin) y de quién es Amida.
Shinran en el Tannisho (libro 6) “Sobre el pesar de las desviaciones de la fe” escrito por
su discípulo Yuiembo enseña la eficacia universal de la fe otorgada por Buda.
En referencia a la cuestión de la fe, me estoy refiriendo tariki, el tema de la salvación
„por otro‟ en este caso Amida, es pertinente citar a continuación a Heinrich Domoulin:
“La fe, tal como se la presenta en las diferentes formas de la veneración budista, hace
posible la comparación con la idea cristiana de la fe. Desde una perspectiva psicológica
no debería haber una diferencia demasiado grande entre la actitud creyente que se
manifiesta en el recuerdo de Buda y la fe popular de los cristianos. Sin embargo no se
puede pasar por alto que la fe en Buda lleva inherente un carácter de provisionalidad. El
auténtico logro de la salvación se da con la llegada al nirvana o la iluminación suprema;
es decir en el campo de lo Absoluto, que Buda y sus discípulos consideran inefable. En
el budismo la fe es un factor mediador entre otros, más no llega a ser la causa de la
salvación.”
En el Jodo Shin-shu el nombre de Amida es comprendido como el símbolo del
cumplimiento del Voto de la Gran Compasión y es el nombre en el que se manifiesta la
unidad de Buda y todos los seres.
Shinjin tiene un especial significado en el budismo Shin traducido comúnmente como
“Fe” sin embargo atarlo al concepto del judeocristianismo, “en última instancia nos
desorienta”.
Lo que intenta el budismo es que se capte la unidad de la budeidad, Sunyata, la mente
de Buda y la mente humana es una sola. En el budismo shin la unidad está expresada en
ki-ho ittai, es la unidad de Ki del hombre sujeto de la salvación y ho el Dharma, configurado en el Buda Amida y unificados por el nembutsu, Buda y el hombre de mal
karma y ciegas pasiones se vuelven uno en la realización del Shinjin
.
Tanto el nembutsu, indicado especialmente por Honen y la contemplación en menor
escala, tema central del sutra Kammuryojo kyo (Sk. Amitayur Dhyana Sutra) son
prácticas del Jodo en sus distintas expresiones.
En última instancia se entiende la afirmación de la unidad fundamental de Buda y los
seres.
Así es que shinjin deja sin efecto toda dicotomía. En distintos escritos Shinran dice que
los Budas en las diez direcciones se regocijan en su corazón y alaban a las personas
como iguales a las mentes y corazones de todos los Budas. Aquí cabe la pregunta está
alejado el Shin del Zen?
Los hombres que llegan a esa condición son mirados como al mismo Maitreya, que
serán quienes se conviertan en el Buda futuro.
La unidad de Buda y los hombres está puesta de manifiesto en los párrafos anteriores y
según Suzuki como hemos citado anteriormente afirmó: En realidad Amida somos
nosotros mismos.
Quién es Amida?
Qué es el alma?
Amida proviene de la palabra sánscrita Amita. (A. negación, ausencia; mita significa
medida). Es inmensurable. No constituye una personalidad sustancial, es la fuente de
Luz Infinita (Amithaba) y Vida Infinita (Amitayus). Trasciende la razón, lógica e
intelecto.
Es una luz infinita (Amithaba) que beneficia a todos los seres vivientes. Es la manantial
de ilimitado de compasión y sabiduría. Es la verdad, la vida infinita (amitayus) que
trasciende el tiempo y el espacio, esencia última del universo.
Llegamos a otra de las teorías básicas del budismo a la cual están adscriptas todas las
escuelas, es la cuestión del anatman, no hay un alma como centro sustancial en los
hombres, no hay ser, solo acontecer, consecuentemente de acuerdo a lo expresado no
existe un sujeto que pueda unirse a otro, No existe el Buda ni el hombre. ¿Quién salva a
quién? ¿Qué sentido tiene la fe?
De espinosa comprensión es la temática de un Buda „salvador‟ y de un fiel que espera la
„gracia‟ de ser redimido.
El Mahayana expone la teoría de los Tres Cuerpos de Buda (Trikaya, j sanjin), que son:
1) el Dharmakaya, (j. Hosshin), el cuerpo de la ley, la Última Realidad; 2) el
Sambhogakaya (j Hojin) el cuerpo espiritual, de gozo y de retribución y 3) el
Nirmanakaya (j. Ojin), cuerpo de transformación, el Buda encarnado.
Los tres cuerpos de Buda solo son aspectos de la Única Realidad.
La budeidad es lo que puede entenderse como el Dharmakaya (j.hosshin), el cuerpo de
la Ley o de Verdad, es la esencia de Buda y sus doctrinas emanan de ella.
Estos conceptos ya están expuestos en los textos del Theravada en los cuales Buda
establece que el Tathagata es el Dharmakaya (j.hosshin), el cuerpo de Verdad, „Uno
que se ha realizado como Verdad‟ se manifiesta en el Digha Nikaya.
El budismo afirma que aquel que ve el Dharma (la Ley) ve al Tathagata y el que ve al
Tahagata, ve al Dharma. Aquí se establece la ecuación que Buda es igual al
Dharmakaya, (j Hosshin) y todos los Budas son idénticos es esencia porque la Verdad y
el Dharmakaya, son Uno.
El Sambhogakaya (j Hojin), puede ser considerado como la expresión del gozo de Buda
predicando la verdad y guiando a los otros seres a su realización, este cuerpo manifiesta
la Gran Compasión.
Según dijimos anteriormente según el Gran Sukhavati Vyuha Sutra, Amida se convirtió
en Buda y adquirió los méritos por la práctica del Bodhisattva que realizó por
innumerables períodos de tiempo. Amida se manifiesta en un cuerpo glorioso de
dimensiones cósmicas, que envía infinitos rayos de luz para salvar a todos aquellos que
sufren en el samsara. Su cuerpo es bello, todo esplendor y virtud, completamente
iluminado.
El budismo japonés se adhiere a esta interpretación de Amida como el sambhogakaya
(j. hojin), y lo concibe como una totalidad indivisa. En la experiencia espiritual Amida
es sambhogakaya, a la vez que el Buda eterno, siendo la quintaesencia primordial del
Dharmakaya. Amida es todos los Budas, y es la unificación de todas las
manifestaciones.
En este contexto no podríamos afirmar que el Buda Amida conforma la concepción
teísta de Dios en base a conceptos vertidos anteriormente en referencia al no-yo y por lo
evidenciado en el Trikaya, (j. sanjin).
Dentro del ámbito de la doctrina budista no es posible hablar de ontología ni de
teología.
Amida es la luz y la vida eterna, y su Tierra el refugio donde reside la verdadera paz.
En otra palabra es el nirvana.
Sin Buda y sin hombres seguimos estando en el ámbito de la unidad mistérica e
inefable. La clave tal vez esté dada en la realización de Shinjin, donde la entrega total en
Amida es disolver el ego y la consiguiente consecución del anatman, el no-yo.
Dice López Gay, “Tanto los Bodhisattvas como Amida solo ayudan al hombre para que
él descubra en su corazón la budeidad o la naturaleza de Buda: un descubrimiento del
vacío y la ley consecuente. Y todo descubrimiento es una realización”.20 A lo cual
puedo agregar es logro de la felicidad.
Extraido de: Propuestas para un budismo popular en la época de Kamakura
Liliana García Daris - Luis Díaz Broughton
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