Es motivo de gran felicidad que, entre todos los seres vivos, hayamos escapado de los 3 reinos inferiores y hayamos nacido humanos. Aunque la posición de uno en la vida sea baja, no es peor que la existencia animal; aunque asolada por la pobreza, no es como la tierra de los fantasmas hambrientos; aunque experimentamos dolor en nuestros corazones, esto no es comparable al sufrimiento de los reinos del infierno.
A pesar de que vivimos en un mundo donde abunda el odio, el deseo de iluminación aún puede surgir y podemos estar agradecidos por la posibilidad de un renacimiento favorable. De hecho, debido al profundo Voto Original de Amida, todos los que preguntan estén seguros de nacer en la Tierra Pura. Si uno es capaz de recibir el Nembutsu y cantarlo con la aspiración de encontrarse con el Buda en la Tierra Pura, este es un acto de tremenda virtud y mérito. Para esas personas, entrar en contacto con el Voto Original es una ocasión verdaderamente feliz.
Sabemos que los pensamientos dispersos son parte de la vida cotidiana común. De hecho, no hay nada más que estos pensamientos dispersos. Pero si tan solo una vez en el momento de la muerte, el hombre común es capaz de recordar en su corazón el nombre del Buda Amitabha, ese Buda sentado en un Trono de Loto vendrá a su encuentro, transformando los pensamientos distraídos en el Corazón Despierto Puro. Recordar al Buda en medio de pensamientos dispersos es análogo al loto que crece en el barro sin mancharse.
Por lo tanto, debemos dejar de lado las dudas y tomar la decisión de nacer en la Tierra Pura. A pesar de que estamos preocupados por las distracciones y lamentando un corazón superficial, debemos llamar continuamente al Nombre [Namu-Amida-Butsu] desde lo más profundo.
Traducido al español por Chijo Cabanelas
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